La sentencia señala que el acusado residía en el domicilio en el que vivían también los padres de la menor y otras personas, y que aprovechaba los momentos en los que la madre estaba en el trabajo para someterla a tocamientos.
Para defenderse del procesado, la pequeña introdujo un cuchillo en el dormitorio, pero este se lo quitó y le amenazó con que a su madre le pasaría «algo malo» si no mantenía los hechos en secreto.
Como consecuencia de esas relaciones, la niña quedó embarazada, situación que fue interrumpida.
Los análisis llevados a cabo, según se recoge en la sentencia, llegaron a la conclusión de que la probabilidad de paternidad del acusado era del 99,99 por ciento.
La Audiencia de Murcia lo condena, como autor de un delito de agresión sexual, a catorce años de prisión y a que indemnice a la niña con 60.000 euros por los daños morales sufridos.
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