El cadáver de Manuela B. B. fue hallado en avanzado estado de descomposición en su casa, en el número 185 de la céntrica calle Real de San Fernando, el pasado 3 de junio.
El hedor alertó a los vecinos de la mujer, que llevaba dos semanas muerta.
En el cuerpo no se evidenciaban señales de violencia, pero los análisis forenses determinaron después que había fallecido por asfixia.
La Brigada de Policía Judicial de la comisaría de San Fernando se hizo cargo entonces de la investigación y rápidamente se puso a trabajar sobre la denuncia que Manuela B.B. había presentado el 20 de abril.
Aquel día la mujer fue al hospital San Carlos de San Fernando con una lesión en un ojo que le había producido un golpe que le había asestado días antes en su casa un hombre con el que había tenido una relación esporádica, de unas tres semanas.
Ante este relato el servicio médico del hospital decidió avisar a la Policía.
Una patrulla de agentes fue al hospital a visitar a la mujer y, a pesar de sus reticencias, la convenció para que les acompañara a dependencias policiales a interponer una denuncia.
La mujer, según fuentes policiales, no se mostró muy colaboradora y no supo o no quiso dar muchos datos del agresor, aparte de que se llamaba Miguel y tenía 41 años. «Igual tenía miedo o no los sabía», ha comentando una fuente policial.
La Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional se puso en contacto con la mujer con posterioridad en varias ocasiones, para ver si podía facilitarles algún dato más o si tenía alguna novedad, pero los agentes no consiguieron más datos.
Le insistieron, según las fuentes, en que si el agresor volvía a aparecer alertara al 091.
Pero no hubo, según las fuentes, ninguna noticia de ella hasta que fue hallada muerta.
Cuando se comprobó que no había muerto por causas naturales, el juzgado de instrucción número 2, especializado en violencia de género, se hizo cargo del caso y los agentes comenzaron las pesquisas con las que más de un mes después del homicidio, el pasado lunes, fue identificado y detenido el supuesto autor del homicidio en el barrio del Río San Pedro de Puerto Real, donde residía.
El hombre, que había sido denunciado por anteriores parejas por malos tratos en el ámbito familiar en varias ocasiones, ha ingresado en prisión acusado de homicidio y de violencia de género.
Se trata de la víctima mortal número 1.005 de la violencia machista desde que se empezaron a registrar los asesinatos en 2003, ha informado el Gobierno.
La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género ha confirmado que este homicidio eleva a 29 el número de asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de 2019, además de los dos casos que permanecen en investigación.
El pleno del Ayuntamiento de San Fernando guardará mañana un minuto de silencio para expresar «su más absoluta repulsa por el asesinato de una vecina de nuestra localidad en lo que se ha confirmado como un nuevo caso de violencia machista».
En una nota de prensa, el gobierno municipal envía sus condolencias a los familiares y allegados de la víctima.
«La violencia de género, que en demasiadas ocasiones acaba en asesinato como en este caso, nos obliga a las administraciones a trabajar arduamente para poner en marcha políticas que reviertan esta situación, que eviten que siga engordando la cifra de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, que impidan que esta tragedia vuelva a ocurrir», afirma en la nota el gobierno presidido por la socialista Patricia Cavada.
Estrella Digital