En la operación se han practicado 13 registros en domicilios, naves y fincas, en Huelva, Punta Umbría, Aljaraque, Lepe y Villablanca donde se ha intervenido gran cantidad de dinero en metálico, 25 vehículos -varios de alta gama-, un tractor, un barco de pesca, cuatro embarcaciones de recreo, tres motos de agua, un dron, dispositivos de telefonía móvil de última generación, seis armas de fuego y documentación.
La investigación empezó el pasado enero, cuando se supo de la existencia de una organización delictiva asentada en municipios de Huelva, sobretodo en Lepe, que además de introducir grandes cantidades de hachís en las costas desde hacía varios años también habría efectuado alijos de hachís con una periodicidad mínima de 4.000 kilos al mes e incluso llegó a introducir hasta 12.000 kilos en una semana, según una nota del Ministerio del Interior.
Los agentes constataron que uno de los integrantes de la red regentaba un importante negocio de compraventa y alquiler de equinos y carros de caballo (charrés), lo que hacía que fuera un vecino muy conocido y ampliamente relacionado, y que los miembros de la banda usaban como centro de operaciones para reuniones relacionadas con el narcotráfico, unas cuadras de Lepe.
A mediados de junio, la organización botó en el río Guadiana una embarcación semirrígida que navegó hasta la costa marroquí, donde cargó una importante cantidad de hachís y volvió por el mismo cauce hasta un narcoembarcadero, donde la esperaba una barca de pesca para facilitarle la cobertura adecuada para entrar, si bien por motivos que se desconocen la operación fue frustrada y dicha embarcación volvió mar adentro, donde se mantuvo hasta el 24 de junio cuando a pleno día volvió a aproximarse a la costa para trasbordar su carga a un barco recreativo que se dirigió al río Piedras.
Se activaron medios aéreos y marítimos policiales, la organización arrojó la carga y se intervinieron 60 fardos de hachís con un peso de unos 2.000 kilos.
Para evitar ser detectados los narcotraficantes adoptaban elevadas medidas de seguridad, como el alquiler de un ático en las inmediaciones de una playa dotado de radar y elementos técnicos para detectar los medios de los agentes, como embarcaciones del Servicio Marítimo o helicópteros de vigilancia.
En este piso, además, guardaban planos de la zona en los que indicaban dónde se debían colocar las personas que conformaban el dispositivo de seguridad en los momentos en que se efectuaban los alijos, y también tenían detectores de dispositivos de localización.
Los detenidos fueron puestos a disposición Juzgado de Instrucción número 4 de Ayamonte.
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