Según fuentes policiales, los hechos ocurrieron ayer cerca de las once de la noche, cuando los Mossos recibieron la alerta de que había una pelea en la céntrica avenida Lluis Companys, en el barrio Can Farrerons, donde varios vecinos lanzaban piedras y otros objetos contra la fachada de una vivienda.
Todo ello derivó en enfrentamientos entre el grupo de asaltantes y las fuerzas policiales, que tras efectuar varias cargas lograron dispersarlos, y en un conflicto también con algunos vecinos contrarios a su acción, se calmó hacia las 01:30 horas de la madrugada.
Los atacantes pretendían expulsar a jóvenes migrantes de un piso que supuestamente estaban ocupando al culparles de haber intentado agredir sexualmente a una mujer el pasado miércoles en un paso subterráneo del municipio cercano al paseo Marítimo.
No obstante, fuentes cercanas a la investigación han precisado que, por ahora, no tienen constancia de que ambos casos mantengan algún vínculo, ni tampoco que los jóvenes atacados ayer fueran los presuntos agresores de la mujer.
Tras el incidente, el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani, ha afirmado que «nadie se puede tomar la justicia por su mano, nadie puede hacer de policía y de juez, y no podemos normalizar estas situaciones que no son de una sociedad democrática».
De acuerdo con el conseller, se trata de una ocupación de una vivienda por parte de jóvenes migrantes que había generado «inquietud en parte del barrio», por lo que, ha defendido, «cuando es un problema de seguridad de carácter delictivo, tienen que actuar los Mossos d’Esquadra».
El Ayuntamiento de Premià de Mar también ha condenado el asalto y ha desmentido que se trate de patrullas vecinales «organizadas», sino que lo ha atribuido a la acción de vecinos a título individual.
El consistorio ha recordado además que sólo las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen «potestad» para «hacer prevalecer la justicia», aunque el alcalde, Miquel Àngel Méndez, de JxCat, ha negado que la agresión haya sido motivada por racismo, sino a que los vecinos consideran a dichos migrantes «presuntos delincuentes».
Méndez ha sostenido que «cualquier acto de violencia es incomprensible y totalmente denunciable», pero ha señalado que «se veía venir» que acabaría pasando algo así, pues los vecinos habían denunciado repetidamente, sin éxito, «robos e intimidaciones».
El consistorio ha anunciado además nuevas medidas para reforzar la seguridad en el municipio y ha prometido que instará al Ministerio del Interior, a la conselleria y a la Fiscalía del Estado para reclamar un plan de choque policial y legislativo con el que «frenar la sensación de inseguridad en las calles».
Y es que, a pesar de que, según los últimos datos de la Generalitat, la delincuencia ha disminuido un 15,2 % en el último año, fuentes municipales han asegurado que a raíz de la desescalada se ha producido «más movimiento» delictivo en la localidad.
Por su parte, el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha abierto una investigación al respecto y ha pedido información «detallada» a la Dirección General de la Policía y al Ayuntamiento de la localidad del Maresme sobre las actuaciones que se llevaron a cabo.
En concreto, ha solicitado conocer el número de agentes que intervinieron en la operación, si se ha detectado un aumento significativo de los delitos municipales en los últimos tres meses y si se conocía la existencia de patrullas de seguridad ciudadana que actúen en el municipio, principalmente por la noche.
Una cincuentena de vecinos de Premiá de Mar se lían a pedrazos con una vivienda de menas tutelados por la Generalidad.
El MOTIVO es que los menas VIOLARON a una chica recientemente.
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Estrella Digital