V.S., al que se imputa un delito contra la salud pública y otro relativo a la propiedad industrial, fue detenido en el marco de la operación Feiticeiro en la que también se ha investigado a dos mujeres, una como supuesta colaboradora en la fabricación, suministro y almacenamiento de los medicamentos y otra residente en Alicante, donde el arrestado tenía una segunda residencia.
Según ha informado la Guardia Civil, la investigación se inicio a finales del pasado año cuando recibió la denuncia de un hombre que aseguró trabajar con un complejo de aminoácidos usados en agricultura cuyas ventas y gestiones de ampliación de mercado se hacían principalmente en Rusia, Ucrania y otros países de la zona.
El denunciante afirmó que, desde principios de ese año, le habían bloqueado el correo electrónico de la empresa y habían cambiado las claves y que había perdido todo contacto con su socio en la empresa, que le acusaba de inactividad.
La investigación permitió constatar que V.S. se dedicaba a la fabricación casera de supuestos medicamentos para el consumo humano en su vivienda de Tudela Veguín pese a carecer de los permisos necesarios para su elaboración y comercialización de los medicamentos, dependientes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
En el registro de la vivienda los agentes se incautaron de 25 kilos de sustancias vegetales, minerales, nutrientes, fertilizantes, biofertilizantes y otros complementos de uso agrícola además de 106 litros de aditivos de alimentación para uso ganadero supuestamente empleados para fabricar los medicamentos así como los frascos para su envasado y casi 7.000 euros en efectivo.
Para manipular estos productos, el detenido mezclaba estas sustancias con agua destilada y luego envasaba el falso medicamento en frascos adquiridos en farmacia e imprimía las etiquetas, prospectos y cartonaje falseando las indicaciones sobre fabricante, origen y modo de empleo.
El detenido afirmaba que su fármaco, que vendía al precio de 60 euros la unidad, era un protector y activador de la regeneración en el organismo humano que contrarrestaba dolencias de gravedad como cáncer y síndromes de ansiedad o cansancio.
Según la Guardia Civil, las personas que adquirían este producto, además de sufrir un fraude como consumidores, podrían poner en riesgo su vida debido a la incapacidad para controlar la enfermedad hacia la que supuestamente iba dirigida el fármaco y también sufrir efectos negativos en su salud al contener sustancias tóxicas.
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