En una interlocutoria así lo ha acordado el magistrado del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 1 de Barcelona al entender que los indicios que pesan sobre el detenido, de 35 años y nacionalidad uruguaya, son «claros», dado que él mismo reconoció haber matado a su pareja, de unos veinte años, e incluso mostró dónde estaba el arma homicida.
«En el juzgado ha reconocido los hechos por lo que no parece ninguna otra hipótesis posible más que la autoría reconocida por él. Además los testigos han descrito una situación de dominación y violencia compatible con el delito cometido», sostiene el magistrado.
Al decretar la medida de prisión, el juez también ha estimado el alto riesgo de fuga dada la elevada pena del delito de homicidio que se le imputa y el «escaso» arraigo en España, puesto que el asesino confeso no tiene permiso de residencia, familiares y «el trabajo es evidente que lo ha perdido»: «Nada le vincula a España salvo su hijo que ahora está tutelado por la DGAIA».
El crimen sucedió el pasado martes, cuando los Mossos d’Esquadra recibieron el aviso de que había una mujer gravemente herida en su piso del Raval hacia las 11.50 horas de la mañana.
Al llegar al domicilio, la policía encontró al detenido junto al cadáver en el interior de la casa, donde también se encontraba el hijo de ambos, y donde hallaron el cuchillo que usó para degollar a la víctima.
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