Los trabajadores del centro, situado en el número 8 de la calle de Blanca de Castilla, fueron quienes encontraron el cadáver del hombre de 79 años en su habitación a las diez de la noche del 29 de julio, según adelanta ‘El Mundo’ y confirman fuentes policiales.
El hombre se había asfixiado con un arnés al desplazarse con su silla de ruedas, y también estaba sujeto a un peto de seguridad.
Tras el aviso policial los agentes del Grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial acudieron al centro para realizar las pesquisas.
Los investigadores tratan de dilucidar si en esta muerte se ha producido una negligencia y por tanto un homicidio imprudente por parte del centro.
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