Según han dado a conocer este domingo los Mossos, el hombre, de nacionalidad alemana, se presentó en el piso de la víctima y la retuvo allí durante tres días tras romperle el teléfono móvil para que no pudiera comunicarse con el exterior, sometiéndola a una situación de pánico permanente y manteniendo un control estricto sobre ella.
Durante esos tres días, el hombre la agredió físicamente y la obligó a mantener relaciones sexuales con él, pero el miércoles pasado la víctima pudo finalmente acceder a un ordenador y enviar un correo electrónico a un conocido, que alertó a los Mossos.
Los agentes accedieron al piso y detuvieron al hombre, mientras una dotación del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) atendió a la víctima, que no requirió ingreso hospitalario.
El hombre pasó a disposición judicial el pasado viernes, acusado de los delitos de agresión sexual y retención ilegal.
Estrella Digital