Mientras los bomberos y las fuerzas de seguridad acababan esta mañana sus labores en el apartamento incendiado, decenas de hombres paquistaníes observaban compungidos la escena.
De las tres personas muertas solo una tenía la documentación en regla, mientras otro tenía esposa, hijo e hija en Pakistán, según han explicado a Efe algunos compañeros.
Dos de estos fallecidos vendían cervezas o mojitos en la playa y la tercera víctima -igual que el hombre en estado crítico, atendido en el Hospital Vall d’Hebron- se dedicaba a llevar a turistas de una parte a otra con las características bicicletas eléctricas que se usan para este fin en el litoral barcelonés.
De hecho, según apuntan los Bomberos de Barcelona, el incendio podría haberse originado por la carga de una batería de estas bicicletas, ya que el sistema eléctrico de los bajos estaba pinchado y no contaba con medidas de seguridad.
Los compatriotas de los fallecidos, que han intentado ayudar en la extinción del fuego, han explicado que los tres muertos no han logrado salir del piso porque la puerta no conseguía abrirse.
El herido en estado crítico se habría quemado intentando abrir la puerta desde fuera.
Por este piso situado en una planta baja, en el que residían desde hace cuatro o cinco años, los seis inquilinos pagaban unos 700 euros de alquiler.
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