Según ha informado este lunes la Dirección General de la Policía Nacional, es la primera vez que las fuerzas de seguridad españolas y portuguesas tienen conocimiento de la aplicación de técnicas de la industria metal-mecánica al narcotráfico.
Las investigaciones comenzaron tras detectarse un camión sospechoso que viajaba de Portugal a España con una carga legal de bobinas procedentes de Brasil.
Tras varias gestiones policiales, los agentes determinaron que el vehículo se dirigía a una nave industrial situada en la localidad toledana de Talavera la Nueva, muy próxima a Talavera de la Reina.
A partir de ese momento, se estableció un dispositivo de vigilancia permanente sobre la nave y sobre los movimientos que se pudieran registrar, lo que permitió identificar a varios individuos que la frecuentaban.
Con el avance de las pesquisas, se identificó a otros integrantes de la organización, radicados en su mayoría en Madrid, y conocer, de esta manera, la infraestructura de transporte y almacenaje de la que disponía la banda.
Se trataba de un entramado de empresas dedicadas a la importación de material de construcción desde Brasil hasta Portugal y España y que, posteriormente, era distribuido por diferentes provincias españolas, utilizando como centro de operaciones dos naves industriales de Talavera de la Reina y Ventas de Retamosa (Toledo).
La cocaína viajaba oculta en el interior de los aisladores sísmicos utilizados en la construcción de puentes, según la Policía, que constató que la red aprovechaba de esta manera el circuito comercial para revestir las operaciones de transporte y almacenamiento de aparente legalidad.
Además de la complejidad de la estructura empresarial, destacaba la sofisticación del método de ocultación en sí, pues para acceder a la droga la organización contaba con maquinaria pesada de corte y con miembros formados en su uso.
En una primera fase de explotación de la investigación, que tuvo lugar en diciembre del 2020, se detuvo en España a tres personas de origen colombiano encargadas de la recepción de la cocaína para su posterior distribución.
Precisamente, eran los encargados de crear esa logística para la extracción y ocultación de la droga, para lo cual realizaron una prueba y enviaron varios contenedores que simulaban la ilícita importación.
Contaban con dos naves, la primera en Talavera de la Reina, lugar en la cual recibían las bobinas y operaban sobre ellas. En la segunda nave, la Ventas de Retamosa, custodiaban las bobinas cuando ya se había practicado la extracción de la sustancia.
A través de la cooperación con Portugal, se tuvo conocimiento de la existencia de un nuevo envío de bobinas que alertó a los investigadores y que dio lugar a la intervención de siete kilogramos de cocaína.
Se practicaron entonces dos registros en las dos naves industriales identificadas y en tres domicilios situados en Talavera de la Reina y en las localidades madrileñas de Getafe y Leganés.
En la segunda fase de explotación, tras la operación en España, y al conocer que la organización ya disponía de más contenedores en el agua, se decidió esperar para detectar las conexiones de las que disponía el grupo en el territorio luso.
Posteriormente, se procedió a la detención en Portugal de los dos miembros encargados de la importación de la cocaína desde Sudamérica y a la aprehensión de 813 kilogramos de cocaína en el interior de los contenedores, a la vez que se registró una nave industrial situada en la localidad portuguesa de Palmela. EFE
A.M.