En total se inmovilizaron dieciséis piezas de animales, entre las que se encontraban una cabeza de sarrio, seis cráneos de muflón, uno de arruí y cuatro de corzo, además de la cabeza de jabalí y una tabla de colmillos.
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del instituto armado han identificado a la persona que presuntamente cazó el jabalí sin autorización de la Conselleria de Medio Ambiente y al supuesto taxidermista que explotaba sin permiso el local.
Ambos han sido propuestos para sanciones administrativas, que pueden alcanzar un máximo de 6.000 y 60.000 euros, respectivamente.
La intervención, de la que han informado este lunes fuentes de la Guardia Civil, se llevó a cabo en abril pasado después de que el Seprona tuviera conocimiento de la captura de un jabalí con un lazo (arte de caza prohibido que causa un sufrimiento agonizante al animal) y que el ejemplar había sido disecado en el citado local, una caseta de aperos transformado en taller ilegal de taxidermia.
Los agentes comprobaron que el local carecía de cualquier tipo de autorización o licencia ambiental para desempeñar esa actividad, a pesar de lo cual disponía de herramientas, maquinarias y productos necesarios para realizar labores de taxidermia. EFE
A.M.