La Policía Nacional baraja el móvil económico como causa de la muerte de María Isabel de la Rosa, la vendedora de cupones de la ONCE cuyo cuerpo fue encontrado este martes, emparedado, en la casa del detenido y presunto autor de los hechos, en Albacete.
En un comunicado remitido este viernes, la Policía ha explicado que «todo apunta» a que el detenido y María Isabel mantuvieron una discusión, al parecer motivada por dinero que el hombre debía a la víctima, y en un momento dado, él le propinó un empujón, ella cayó de espaldas y recibió un golpe en la cabeza «que acabó con su vida en el instante».
Ante lo ocurrido, el hombre ocultó el cadáver emparedándolo en una pequeña estancia ubicada al fondo de la vivienda, para lo cual compró ladrillos, cemento y arena, y elaboró un cubículo en el que introdujo el cadáver para luego cubrirlo de cemento en diferentes jornadas.
El detenido ha pasado a disposición judicial este viernes y la investigación continúa abierta para terminar de esclarecer todas las circunstancias del caso.
El rastro de María Isabel de la Rosa se perdió el 19 de agosto sobre las 17:00 horas.
A las nueve de la mañana de aquel jueves la mujer salió de su domicilio para trabajar vendiendo cupones en la zona del barrio Parque Sur y, al ser una persona de costumbres arraigadas, los familiares se extrañaron cuando no regresó en todo el día y creció la preocupación al pasar las 12 de la noche sin tener noticia de ella.
María Isabel era una persona muy conocida en la ciudad, ya que visitaba multitud de cafeterías y bares a diario ofreciendo la venta de cupones, lo que hizo que, en un primer momento, la investigación fuese muy compleja ya que se recibieron numerosas llamadas y avisos de ciudadanos que querían colaborar con la Policía Nacional en la búsqueda.
De esta forma, «se abrieron múltiples líneas de investigación y todas las informaciones fueron comprobadas, una a una, por los agentes del Grupo de Homicidios de Albacete, que trabajaron sin descanso mañana, tarde y noche para verificarlas».
En todo momento, además, el contacto entre la Policía Nacional y la familia de la desaparecida fue «permanente» y, de hecho, horas después de interponer la denuncia se realizó una inspección policial en el domicilio de la desaparecida para recabar cualquier indicio que facilitase su localización.
La investigación ubicó los últimos pasos de María Isabel en una zona concreta de la ciudad próxima al domicilio del detenido y pronto se averiguó que el hombre podía haber mantenido algún tipo de contacto con la desaparecida momentos antes de perder el rastro.
Tras recabar los indicios necesarios se procedió a su detención en la mañana del martes 24 de agosto.
El hombre reconoció poco después los hechos y se organizó un dispositivo en el que participaron agentes del Grupo de Homicidios y de la Brigada de Policía Científica de la Comisaría Provincial de Albacete y el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía Nacional.
El titular del Juzgado de Instrucción número 3, en funciones de guardia, acudió a la práctica de las diligencias junto a la letrada de la Administración de Justicia, la representante del Ministerio Fiscal y dos médicos forenses.
En el domicilio del detenido, al fondo de la vivienda, se localizó una estancia dedicada a albergar herramientas, y en un bloque de cemento levantado utilizando el espacio entre dos paredes se descubrió el cuerpo sin vida de María Isabel de la Rosa, así como diversas pertenencias que llevaba en el momento de su desaparición, como el terminal TPV que portaba, múltiples cupones y el teléfono móvil, que había sido golpeado con un objeto contundente.
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