La detención de este hombre, de 45 años, se produjo el pasado miércoles, 29 de septiembre, después de que el día anterior la mujer se presentase en las dependencias de la Guardia Civil de Santander con lesiones en la cara y un alto grado de nerviosismo.
La mujer solicitó «desesperadamente» ayuda por haber sido retenida contra su voluntad durante dos días, en los que, según su relato, fue violada, antes de conseguir escapar de una vivienda cuya ubicación no pudo concretar con exactitud, según ha informado este lunes la Guardia Civil en un comunicado.
Posteriormente fue trasladada al hospital Valdecilla para ser atendida de sus lesiones y se activo el protocolo de agresiones sexuales.
Durante la investigación, se descubrió que la mujer había conocido a su presunto agresor por una tercera persona y que los dos decidieron ir a la vivienda de él, donde convivieron con normalidad durante dos días.
Sin embargo, la noche del lunes 27 de septiembre, tras acabar con la droga que estaba consumiendo, el hombre se puso muy agresivo con la mujer, hasta la tarde del día siguiente cuando ella consiguió escapar.
Durante esos dos días, la amenazó de muerte con una pistola, la hizo un corte en la cara con un machete y la golpeó con objetos contundentes, como una cuchara de madera grande, un palo, un cinturón o una botella vacía. Además, la obligó a desnudarse y la agredió sexualmente.
Con los escasos datos de los que disponía la Guardia Civil sobre el hombre y la ubicación de la vivienda, la investigación se centró en la zona de Peñacastillo.
El hombre fue detenido en su vivienda como presunto autor de los delitos de detención ilegal, amenazas y agresiones físicas y sexuales.
En el momento de su detención entregó de forma voluntaria el machete con el que habría agredido a la mujer, mientras que en el registro de la vivienda se localizaron una pistola que resultó ser detonadora, con dos cartuchos en el cargador, lo que parecía una cuchara de cocina grande y un palo de madera, ambos con restos de sangre, además de un cinturón con hebilla metálica, armas blancas y un hacha.
Estos efectos están siendo analizados por especialistas de la Guardia Civil en Criminalística.
La Guardia Civil no descarta, incluso, que exista una posible intención de trata de seres humanos, ya que durante la investigación se obtuvieron indicios que apuntaban a que el detenido podía haber amenazado a la mujer con obligarla a ejercer la prostitución para mantenerle. EFE
M.M.