El padre de Carolina, la niña de 5 años presuntamente asesinada por su madre en un hotel de Logroño el 26 de enero de 2020, ha declarado este martes en el juicio que cree que la acusada participó activamente en el asesinato de su hija.
Así lo ha afirmado, a preguntas de la fiscal, durante la segunda sesión del juicio con tribunal popular que se celebrada en Audiencia Provincial de Logroño y que se prevé que se prolongue hasta el próximo 17 de febrero.
El fiscal, la acusación particular ejercida por el padre de la menor y la acusación popular de la asociación Clara Campoamor piden prisión permanente revisable a la madre como presunta autora de un delito de asesinato; mientas que la defensa sostiene que la autora de la muerte fue la abuela materna, antes de suicidarse en el río Ebro.
El padre ha indicado que se enteró del asesinato de la niña el 27 de enero y ha relatado que, el día anterior, domingo, denunció en la Guardia Civil que la madre de Carolina no le había devuelto a la niña por la noche en su domicilio de Haro (La Rioja) porque él tenía su custodia.
«Cuando me confirmaron que era Carolina yo les dije que no quería verla, que quería quedarme con la imagen de mi niña en vida», ha relatado entre sollozos el padre, quien ha declarado separado de su expareja por un biombo para no verla.
Al enterarse de que su expareja y la madre de ésta habían reservado un hotel para la noche del domingo, pensó que «habían asesinado» a la niña, ya que no tenían previsto devolverla.
A preguntas de la jueza, ha confirmado que la acusada tenía un carácter posesivo hacia la menor y era poco influenciable por la abuela materna, quien no se metía en las decisiones que tomaba la pareja.
El progenitor ha recalcado que fue la acusada quien tomó la decisión de tener un hijo, comprar un piso y casarse -algo que no llegó a ocurrir-, porque «ser una madre joven era su obsesión», de modo que él accedió, aunque argumentaba que prefería esperar porque no se sentía preparado.
La pareja se separó en junio de 2015, a los seis meses de nacer la niña, tuvo problemas con la custodia de la pequeña, que primero fue para la madre, después compartida y finalmente para el padre.
El padre de la Carolina ha subrayado que su expareja le hizo la «vida imposible» a todo su círculo familiar desde que a él le concedieron la custodia de la pequeña y más desde que se enteró que él tenía una nueva novia, con quien se «obsesionó».
Muy emocionado durante su declaración, ha recordado a su hija como «un encanto», una niña «feliz», que transmitía felicidad y cariño a todo el mundo, que siempre sonreía y era «un amor».
En el juicio también ha declarado este martes la tía materna de la pequeña, quien ha asegurado que su hermana no era capaz de tomar decisiones por sí misma y era «manipulada» por la madre de ambas.
Ha declarado que la acusada estaba «bastante deprimida» desde que se separó, pero nunca le comunicó su intención de suicidarse.
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