En la sala del jurado de la Audiencia de Barcelona ha proseguido este martes el juicio contra Jaume B., acusado de asesinar con «alevosía» y «ensañamiento» a su ex pareja sentimental, Mónica B., el 7 de agosto de 2018, y de enterrar posteriormente el cadáver de la mujer en el jardín de la vivienda, hasta que fue hallado por los Mossos d’Esquadra en junio de 2019.
El acusado confeso de este crimen, en prisión sin fianza desde junio de 2019, ha admitido ante el tribunal haber matado a la mujer sobre las doce del mediodía en el lavabo del piso que ambos seguían compartiendo pese a no mantener ya una relación de pareja, y a la pregunta de su abogado -solo ha contestado a su defensa- de por qué lo hizo, ha contestado:
«La situación explotó por nada. No fue rabia ni odio. Fue un momento de desesperación, porque no sabía qué hacer, en el que sentía que mi vida no valía nada, que era un apéndice de una mente enferma. Me desesperé y la pegué con lo primero que encontré».
Después de que el día de autos la mujer, según el imputado, comenzase a «discutir», a gritarle y tirarle cosas, ha reconocido que empujó a la víctima dentro del lavabo, que cogió «lo primero que tenía», un hacha que había en la puerta -el lavabo está en el exterior, en el jardín, y el día anterior la había utilizado para cortar- y comenzó a golpearla hasta que la víctima cayó al suelo.
Ha admitido que le dio «bastantes» golpes, aunque ha dicho no ser consciente de ello hasta que cayó inconsciente, y ha asegurado que no siguió agrediéndola cuando ya estaba en el suelo.
El procesado ha explicado que el «detonante» de estos hechos tuvo lugar un semana antes, cuando ella, tras pasar unos días en un camping, volvió «inexplicablemente nerviosa» y le comenzó a «alterar mucho».
Ha relatado que, desde unos seis meses antes del asesinato, la relación entre ambos se había vuelto más difícil y que, incluso, en alguna ocasión ella le agredió: «Me tiró del cabello», «me pegó», «me utilizaba de cabeza de turco para desfogarse conmigo» y después, ha agregado, «todo empeoró».
En su declaración ante el jurado popular, ha explicado que la víctima tenía un trastorno de personalidad y tomaba medicación para esta enfermedad, extremo que ha corroborado la madre de la mujer asesinada, E.V.
Tras el crimen y para no levantar sospechas, el acusado acudió a la policía para denunciar la desaparición de la mujer, una denuncia que presentó junto a la madre de la víctima.
«Me vino a ver y me dijo que habían tenido una discusión, y que sobre las once de la noche -del día anterior al crimen- se había ido de casa sin coger nada, con lo puesto», ha testificado la madre.
Ha afirmado que la relación que mantenían acusado y víctima era como la de un «matrimonio», en la que había «cariño» y «confianza» y que, incluso, se iban juntos de vacaciones, pero que unos cuatro días antes del asesinato su hija la llamó y le dijo que el acusado le había dado «varios golpes fuertes en la cabeza».
El fiscal pide para Jaume B. 24 años de prisión por un delito de asesinato con el agravante de alevosía y ensañamiento, así como la medida de seguridad de libertad vigilada por diez años.
En las cuestiones previas del juicio que arrancó ayer en la Audiencia de Barcelona, el abogado del acusado alegó que el hombre había tenido un «arrebato», por lo que pide 10 años por un delito de homicidio imprudente. EFE
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