En la vista, con jurado popular, esta especialista ha ahondado en que vio también una zapatilla de deporte llena de sangre y un calcetín, así como el mismo líquido en el suelo, pero se percató de que había habido una especie de «barrido»; «parecía que hubiese sido limpiado por alguien».
Ha descartado, ante las preguntas formuladas, que la maniobra de reanimación hubiese causado daños: «nosotros no le introducimos nada en la boca».
Esta profesional ha subrayado que le sorprendió que abuela y madre de la víctima estuviesen vestidas de calle, «arregladas», porque no suele ser lo habitual, y que María sí «gritaba algo» al ver lo que le había ocurrido a la nieta.
A Ana, que «hasta se había puesto unos zapatos de tacón», le pidió esta trabajadora la tarjeta sanitaria de la chiquilla pero la respuesta que obtuvo fue que no sabía dónde estaba y después la encausada se sentó en el sofá.
Otra técnico de emergencias, que asistió a Ana Sandamil tras una llamada por una posible intoxicación medicamentosa e intento de autolisis, ha asegurado que la procesada respondía a las órdenes «perfectamente», que su habla era «coherente y normal», y que daba todos los datos correctos, de su documento nacional de identidad e incluso su número de la tarjeta sanitaria.
«No todo el mundo se sabe la tarjeta sanitaria. Ella sí».
Desirée Leal, cuyo padre, José Manuel, ejerce la acusación particular, fue encontrada muerta en la habitación que madre e hija compartían en Muimenta (Lugo), en casa de la abuela materna, con señales de haber sido forzada para ingerir un líquido en el que supuestamente se había disuelto un fármaco que consumía la madre y que se llamaba Trazodona.
En el examen forense, en el cadáver se vieron señales de una asfixia mecánica, la que habría causado en último término la muerte.
Ana Sandamil se enfrenta a la petición de prisión permanente revisable, condena que piden tanto el Ministerio Público como las acusaciones, particular y popular.
El día del crimen de Desirée iba a pasar el fin de semana con el padre, que tenía entre sus planes solicitar la custodia compartida, algo que, según el relato de él, Ana Sandamil conocía perfectamente. EFE
A.M.