La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado la octava sesión del juicio que se desarrolla con un tribunal popular, que en esta jornada ha contado con las declaraciones de cuatro de los agentes de la Policía Nacional que participaron en la investigación tras el fallecimiento de la niña de 5 años.
El fiscal, la acusación particular ejercida por el padre de la menor y la acusación popular de la asociación Clara Campoamor piden prisión permanente revisable a la madre como presunta autora de un delito de asesinato; mientras que la defensa sostiene que la autora de la muerte de la niña fue la abuela materna, antes de suicidarse en el río Ebro.
En la vista, el agente que se encargó de la detención de la acusada y de leerle sus derechos, el lunes 27 de enero de 2020 por la tarde, ha explicado que estaba ingresada en el servicio de urgencias del Hospital San Pedro de Logroño.
La mujer fue hospitalizada por los cortes que tenía en las muñecas y otras partes del cuerpo cuando la encontraron en la habitación de hotel ese día por la mañana, después de que un vecino alertase a la policía porque la vio asomada a la ventana con intención de quitarse la vida y, entonces, descubrieron el cadáver de la pequeña en una de las camas.
Este policía ha relatado que, cuando detuvo a la acusada estaba «plenamente consciente» y declaró con horas «precisas» lo que había hecho ese mismo día.
Así, le explicó que su madre, quien se alojó con ella y la niña en el hotel el domingo 26, había bajado de la habitación a fumar a las 7:15 horas, subió y después se volvió a marchar sobre las 9:30, pero ya no regresó, por lo que ella salió a buscarla y a comprar unos cruasanes, pero ni encontró a la abuela, ni los bollos, porque no conocía Logroño.
Sobre la muerte de Carolina, le dijo «espontáneamente» a la policía que la niña «había pasado mala noche porque tenía fiebre y se había muerto de madrugada», ha relatado este agente.
En el juicio también ha declarado otro agente que, tras ver las imágenes de 27 horas de grabación del hotel y de una sala de fiestas situada en las cercanías, se comprobó que las tres (la abuela materna, la acusada y la niña) llegaron desde Haro (La Rioja) al hotel el domingo 26 sobre las 8:00 horas.
La abuela materna se marchó ese día a las 17:15 y no regresó; y la acusada salió del hotel el lunes 27 a las 7:15 con la capucha puesta y un bolso rojo y regresó a las 8:15.
Un policía ha dicho que «se la veía un andar torpe, desorientado y no decidido», como si no tuviera claro dónde iba cuando se marchó, pero al regresar tenía claro que se dirigía hacia el hotel. EFE.
A.M.