«Que ni los besos te callen. Desamordázate» es el lema de una lona de unos doce metros de largo por cinco de ancho que activistas de la organización han desplegado este jueves en la madrileña Puerta del Sol para reivindicar que Amnistía Internacional «ni quiere una ley mordaza pero tampoco una mordaza maquillada».
Así lo ha asegurado a Efe su portavoz Carlos Escaño que ha anunciado que este domingo la organización acudirá a las marchas convocadas en distintos puntos de España por la plataforma «No somos Delito», integrada por un centenar de entidades sociales, y que en Madrid se desarrollará a las 12:00 horas entre Atocha y Sol.
Para Escaño, tanto la acción de este jueves como la protestas del domingo pretenden presionar al Gobierno y los partidos que están negociando en el Congreso una nueva ley de Seguridad Ciudadana que realmente no amordace la protesta pacífica.
«Hay todavía una oportunidad de cambio», insiste Escaño, antes de lamentar que las enmiendas pactadas entre el PSOE y Unidas Podemos no incluyen cambios en la desobediencia, resistencia y negativa a identificarse a los agentes, así como tampoco en las multas por faltas de respeto a los policías, dos artículos que «han sido aplicados de forma extensiva e injusta a miles de ciudadanos».
De hecho, recuerda que sobre estos dos preceptos han recaído el 70 por ciento de las sanciones impuestas -200.000- desde la entrada en vigor de la ley en julio de 2015 y hasta 2019, sin que la propuesta de reforma del PNV ni las enmiendas de los socios de Gobierno reduzcan los «poderes discrecionales» para las fuerzas de seguridad.
Amnistía también cuestiona los retoques respecto a la difusión de imágenes de las fuerzas de seguridad en vía pública pues la modificación no supone un cambio de calado y, por tanto, «la nueva ley seguirá impidiendo a los medios de comunicación hacer libremente su trabajo».
Reprocha que no se aborde la eliminación expresa del uso de pelotas de goma, la prohibición por ley de redadas racistas y el fin de las devoluciones en caliente. EFE
A.M.