En la vista que acoge la Audiencia Provincial de Lugo, que llegará el próximo lunes a su última sesión con las conclusiones finales y el derecho a la última palabra de la sospechosa, han testificado este viernes dos forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia que han hablado de una compresión sostenida, de un aplastamiento claro.
«No tenemos dudas. Es un diagnóstico con alto grado de certeza».
La presencia de sangre indica que hubo un intento de defensa, han relatado, y las lesiones, fundamentalmente en boca y cuello, fueron causadas con la víctima viva, al presionarla con «manos, antebrazos», ambas partes, de manera concomitante, o incluso en momentos distintos, pero no con ningún otro objeto.
El óbito se habría producido, como muy pronto, a las 4:40, ha dicho uno de estos expertos, y como muy tarde, a las ocho de la mañana, antes de la llamada de alerta de la abuela materna, María Novo, en cuya casa, en Muimenta (Lugo), vivían tanto la enjuiciada como la chiquilla, desde la separación de Ana Sandamil y José Manuel Leal, padre de Desi, como la llamaban en su círculo íntimo.
Los 0,03 miligramos de Trazodona, un antidepresivo, hallados en la sangre y en el contenido gástrico de Desirée, no sería un nivel tóxico y mucho menos letal, ha explicitado el experto del Imelga al ser preguntado, pues la dosis terapéutica en adultos es «a partir de 0,7» y el nivel letal «desde 12», con lo cual «hay mucho margen».
Con este parecer han coincidido la jefa del servicio de química del Instituto Nacional de Toxicología y dos facultativas, al argumentar que los 0,03 mg/litro en sangre suponen un porcentaje «muy por debajo del valor terapéutico indicado en la bibliografía de referencia» para una persona mayor de edad.
En la orina de la cría, no había rastro del fármaco que tomó por vía oral, por lo que no falleció en el momento de la ingesta, a tenor de que dio tiempo a la absorción, a que apareciese en sangre, pero sí agonizó Desirée antes de ser capaz de empezar a expulsar lo consumido a través de la uretra.
Las psicólogas del Imelga que hicieron el cuestionario específico de personalidad de Ana Sandamil observaron una alteración «grave» en su carácter, con ansiedad social, pues teme a las críticas; mucha dificultad para enfrentarse al estrés, una concepción muy pobre de sí misma, impulsividad, introversión, e intento de quedar bien, aunque este último extremo no distorsione la validez de la prueba.
Trastorno de personalidad en la que predominan los rasgos evitativos (en el paso del colegio al instituto evitaba a los mayores por creer que se reían de los pequeños) ha sido la conclusión a la que han llegado.
EL ALCANCE DEL RECUERDO PUEDE SER MAYOR DE LO QUE DICE
Otra de sus observaciones ha sido la de que el alcance del recuerdo puede ser mayor de lo que ella dice y, aunque no hay prueba específica que determine que una amnesia disociativa es simulada consciente y voluntariamente, sí puede intentar mantener y mostrar ella ese deseo «activo» de no recordar.
El grueso de los forenses que elaboraron el informe definitivo sobre el estado mental de Ana, a petición del juzgado de instrucción, ve a la única procesada «totalmente imputable» y, de los cuatro que testificaron este día 11, solo una defiende una afectación alta.
Los otros tres, ante los nueve miembros que componen el jurado, y las acusaciones, Ministerio Fiscal, particular y popular, han concordado en que la presunta filicida sabía lo que estaba haciendo y por tanto han considerado que no ha lugar a una eximente.
De este modo, han trasladado que si bien es cierto que la enjuiciada tiene una patología de base, un trastorno acusado de la personalidad, no encaja el cuadro de síntomas que mostró, en el que creen que hubo además una «exageración»; con la hipótesis de que diese muerte a la menor de forma inconsciente.
Y esto no lo ha secundado otra de las psiquiatras, que realizó la entrevista clínica en prisión, y que apreció una «afectación importante», que en ningún caso suponía «nulidad» en su voluntad; en suma, «capacidades afectadas de forma importante pero no anuladas».
Esta parte de la sesión es la que más se ha prolongado puesto que son datos cruciales que influirían en el tipo de pena a imponer en caso de que el tribunal popular decida que la sospechosa es culpable.
Desirée Leal, cuyo padre, José Manuel, ejerce la acusación particular, fue encontrada muerta en la habitación en la que pernoctó con su madre y presunta verdugo con señales de haber sido forzada a ingerir un líquido en el que supuestamente se había disuelto un fármaco que consumía Ana Sandamil y que se llamaba Trazodona.
En el examen forense, en el cadáver se vieron señales de una asfixia mecánica, la que habría causado el óbito. EFE
A.M.