La Fiscalía de Madrid solicita un total de 102 años de cárcel para los acusados, a los que se les imputa los delitos de pertenencia a organización criminal, maltrato animal y omisión de obligación de perseguir delitos.
Entre los 23 acusados la Fiscalía señala a los apodados «Rafa» y «Profe» como los líderes de la organización, para los que solicita cinco años y diez meses de prisión, y revela que uno de los miembros es veterinario.
La organización criaba a perros potencialmente peligrosos (PPP) a los que adiestraban para ser más agresivos, proporcionaban sustancias dopantes como testosterona para mejorar su condición muscular y entrenaban «hasta la extenuación», llegando a utilizar cintas de correr, para después enriquecerse mediante apuestas de «grandes cantidades de dinero».
Según el Ministerio Público, la red operaba a nivel nacional, local y regional, detectándose grupos en Madrid, Canarias, Alicante, Murcia, Almería y Málaga, que estaban «interconexionados» y tenían ramificaciones a nivel internacional para participar en peleas fuera de España.
La red criminal fue desmantelada por la Policía Nacional en 2017 mientras celebraban una pelea de perros en Güímar (Tenerife), una operación en la que detuvieron a ocho de los acusados y rescataron a 226 perros, la mayoría en grave estado de salud, de los que 42 acabaron muriendo.
A.M.