El procesado se enfrenta a una petición de tres años y dos meses de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, que le imputa un delito continuado de descubrimiento de secretos por el que también solicita una multa de 9.000 euros y que compense a las dos perjudicadas con mil euros, incrementados con los correspondientes intereses legales.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los hechos se remontan a marzo de 2020, fecha en la que el acusado era médico «especialista» en el citado centro hospitalario lo que le permitió disfrutar de una «credencial de usuario genérico» para el uso de un determinado programa informático.
No obstante, esta credencial también conllevaba aparejados «privilegios de autorización» para acceder a otros equipos informáticos, circunstancia que el inculpado habría aprovechado con el fin de presuntamente «vulnerar la intimidad ajena, transgrediendo la confianza» en él «depositada».
De esta manera, desde la sala en la que él trabajaba, el médico habría accedido «en modo remoto» a un equipo situado en otra dependencia del hospital que «venía siendo utilizada transitoriamente como vestuario por el personal femenino» con motivo de la pandemia del covid-19.
Una crisis sanitaria que había llevado a las trabajadoras a «modificar la vestimenta» que empleaban hasta entonces, así como a «evitar aglomeraciones de personas en espacios reducidos» cambiándose en otras dependencias diferentes a las habituales.
El documento del Ministerio Público aclara que, para evitar ser descubierto y «enmascarar» su uso indebido, el inculpado presuntamente manipuló el equipamiento informático «tapando el testigo luminoso que indicaba que la cámara web y el micrófono» del dispositivo estaban en funcionamiento.
El texto concreta que el hombre habría buscado de esta manera «conocer el contenido de las conversaciones» y la intimidad de sus víctimas mediante el «acceso remoto» a «imágenes y sonido» de las perjudicadas, que el hombre habría captado «en las primeras horas de incorporación del personal a su jornada laboral».
Una actividad que presuntamente llevó a cabo al menos «en un total de catorce ocasiones, entre los días 27 y 31 de marzo de 2020, y otras dos en abril» del mismo año, como fue posible «constatar» a pesar de que el médico supuestamente empleó un programa para borrar los datos albergados en el ordenador que utilizaba. EFE
A.M.