Las labores del tabaco intervenidas por agentes de Mairena del Aljarafe, Sanlúcar la Mayor y Lora del Río tienen un valor aproximado de 890.000 de euros y se ha aprehendido también distinta maquinaria para el almacenamiento y procesamiento del tabaco, entre las que se encontraban hasta 13 picadoras de tabaco a pleno rendimiento y 25 cuchillas/rodillos de repuesto.
Los responsables de la investigación no descartan nuevas detenciones por lo que el Juzgado de Mixto Nº 3 de Sanlúcar la Mayor decretó el ingreso en prisión preventiva de los dos líderes detenidos de la organización, ha informado este jueves el instituto armado.
La investigación se inició en el mes de agosto del 2021 cuando la Guardia Civil tomó conocimiento de la existencia de una organización delictiva que estaba valiéndose de falsos remitentes camuflados bajo nombres mercantiles como boutiques, peluquerías o productos de alimentación para el contrabando del tabaco.
En la fase inicial de la operación consiguieron ubicar una finca aislada en una zona rural de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, apreciándose una actividad inusual de personas y vehículos que parecía responder a la de cualquier jornada laboral en una empresa, careciendo el recinto de actividad legal y estando registrado como vivienda.
La Organización había adoptado una estructura tipo empresarial en la que cada miembro tenía un cometido específico, la logística era muy similar a la de una gran empresa, donde la facturación ascendía a cientos de miles de euros, llegando a tener distribuida la hoja de tabaco en diversas naves industriales repartidas por distintas localidades de la provincia de Sevilla, garantizando el abastecimiento,
Como parte de su estructura, la organización contrataba a jóvenes desempleados, para que procedieran a la apertura de cuentas corrientes, la mayoría de ellas creadas con identidades usurpadas, y vincularan a estas varias tarjetas bancarias.
Uno de sus principales destinos exportadores es Portugal, aunque operaban en toda la geografía española, y la picadura de tabaco era remitida en pequeños pedidos que, previamente, eran adquiridos por terceros vía telefónica o internet.
Los agentes interceptaron varios envíos de 500 kilos de picadura en un solo día por una empresa de paquetería.
La organización utilizaba carnés obtenidos mediante fotografía de la documentación enviada por las propias víctimas vía WhatsApp, en ocasiones atendiendo a falsas ofertas de trabajo anunciadas en la red o a la compra de vehículos de segunda mano.
Muchas víctimas conocieron de la usurpación tras recibir denuncias efectuadas por el Servicio de Vigilancia Aduanera por supuestos envíos de picadura de tabaco realizados a su nombre y algunas de esas denuncias ascendían a 25.000 euros de sanción. EFE
A.M.