Según ha informado la Fiscalía, el juicio con jurado se celebrará a partir del día 10 en le Sección 27 de la Audiencia madrileña.
El Ministerio Público pide para el procesado, Benjamín S.S., 14 años de cárcel por un delito de homicidio con las agravantes de parentesco y abuso de autoridad, libertad vigilada durante 7 años tras cumplir esa condena, participar en un programa formativo de violencia de género y que indemnice con 22.500 euros a cada uno de los hermanos de la víctima.
La Fiscalía considera probado que sobre las 12:30 horas del 26 de febrero de 2020, el procesado, de 73 años, entabló una discusión con su esposa, Manuela, en el salón de la vivienda familiar que ambos compartían en Fuenlabrada (Madrid).
En un momento dado, el acusado empuñó un cuchillo de cocina y se abalanzó sobre la mujer “con la voluntad de clavárselo”, y ella, al intentar zafarse de la agresión, cogió el cuchillo, “agarrando el filo», lo que le ocasionó heridas en la mano.
Durante el forcejeo entre ambos, el acusado propinó a su pareja un golpe con el cuchillo en la cara y le asestó una cuchillada que le alcanzó en el dorso de su mano, en su reacción defensiva.
Pese a intentarlo en varias ocasiones, la víctima no consiguió librarse de su agresor, y este «con el propósito de acabar con la vida» de ella, le asestó tres puñaladas en el tórax y abdomen, penetrando dos de las cuchilladas en la cavidad torácica y abdominal con perforación del hígado, pericardio y diafragma.
Tras recibir estas puñaladas la mujer salió de su vivienda solicitando auxilio a su vecina y cayó desplomada al suelo en el descansillo.
Al llegar a los servicios de emergencia la trasladaron al hospital, donde falleció poco después.
Mientras tanto, el acusado volvió a coger el mismo cuchillo de cocina y se causó heridas graves en el abdomen y otras en el tórax y el cuello.
Fue detenido y permanece en prisión desde el 28 de febrero de 2020.
El asesinato causó conmoción en la localidad y se convocaron actos de repulsa.
Los vecinos relataron entonces que Benjamín, de origen extremeño, y Manuela, de origen gallego, habían llegado a Fuenlabrada hace más de 40 años y no tenían hijos. EFE