La investigación se inició a mediados de julio de 2019, tras detectar que se estaban haciendo cargos fraudulentos por importes superiores a mil euros utilizando identidades usurpadas, según han informado este sábado fuentes policiales.
Los autores se apoderaban ilícitamente de los datos personales de las víctimas, mediante el robo de la correspondencia bancaria a vecinos de las fincas donde ellos mismos residían y fincas próximas, o mediante fuentes de información abiertas.
Con los datos robados, hicieron en menos de un año multitud de compras a través de diferentes portales de internet, para las que facilitaban siempre direcciones ficticias, de forma que los repartidores tenían que contactar telefónicamente con ellos y acordar un punto y hora de entrega, o que se acercaran ellos personalmente a recogerlos.
Durante el estado de alarma por el coronavirus, la recogida de las compras se realizaba en puntos muy próximos a sus domicilios y con la máxima rapidez, para evitar así ser identificados, según un comunicado de la Policía Nacional.
Los agentes efectuaron dos registros en los domicilios de los sospechosos, en los que se intervinieron más de 20 teléfonos móviles de alta gama, dos ordenadores portátiles, un reloj valorado en más de 8.800 euros, una pulsera valorada en 5.500 euros y ropa de lujo con facturas fraudulentas, así como 15.000 euros en efectivo.
Los detenidos son dos hombres de 49 y 53 años, de origen español y colombiano, respectivamente, acusados de ser los presuntos autores de los delitos de usurpación de estado civil, estafa, descubrimiento y revelación de secretos.
Los agentes comprobaron que a uno de ellos le constaban dos búsquedas de detención e ingreso en prisión por los juzgados de Madrid y Móstoles, así como numerosas requisitorias por los juzgados de Madrid, Cartagena, Arcos de la Frontera o Valencia.
Los detenidos, con antecedentes policiales, han pasado a disposición judicial, que ha decretado el ingreso en prisión de uno de ellos.
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