EL RELATO DE LOS HECHOS
Era el 30 de agosto del año 2020 cuando se produjo una denuncia como consecuencia de un delito en el ámbito doméstico en un municipio de mediano tamaño de Castilla-La Mancha. La causa, la cual recayó sobre el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del partido judicial, obligó a movilizar a los efectivos de la Policía Local con el resultado de una persona detenida y dos policías lesionados con resultado de baja. Una noticia que fue recogida por diferentes medios de comunicación, no siendo lo habitual este tipo de sucesos en una población de poco más de 10.000 habitantes como es la afectada.
Al día siguiente de las publicaciones en prensa regional la pareja a la que auxilio la Policía Local presentaba junto con el presunto agresor, el hijo de la esposa, una denuncia ante la Guardia Civil al considerar que con las noticias recogidas en la prensa se vulneraba su intimidad, alegando que las publicaciones contienen informaciones personales y fotografías que pudieran identificarles, refiriendo el hijo de la pareja que incluso ha recibido llamadas preguntándole por los hechos, señalando a un agente de la Policía Local como la persona que filtró la información sensible a la prensa.
EL PAPEL DEL AGENTE SEÑALADO
Martín (nombre ficticio), el Policía Local señalado, estaba designado por el responsable municipal y sus superiores para realizar notas de prensa referentes a las intervenciones más destacadas de la unidad, siendo dichas notas revisadas por sus superiores y evitando la totalidad de datos personales e identificativos en estas comunicaciones, no recibiendo el agente ninguna remuneración ni compensación por esta tarea.
Un trabajo que el agente considera que no era del agrado del responsable de demarcación de la Guardia Civil, como se pudo comprobar el 30 de agosto de 2020, cuando la benemérita se personó en las dependencias de la Policía Local para detener a Martín por un delito de revelación de secretos al ser el encargado de escribir las notas de prensa del cuerpo. Intervención en la cual el agente señalado se vio desprotegido por su propio superior, quien no solo no se opuso a dicha actuación, sino que ofreció los datos personales de Martín, tal y como el afectado narró posteriormente en una entrevista a un diario de alcance nacional, donde también señaló que la denuncia contra su persona pudo ser sugerida por la Guardia Civil a los propios implicados, no naciendo de forma natural por parte de los denunciantes.
LA DEFENSA
Ante la sorpresiva acusación, el agente señalado contrató la defensa de Ospina Abogados, considerado uno de los mejores despachos penalistas de Madrid, quien desplazó al letrado Juan Gonzalo Ospina para articular una adecuada línea de defensa ante la acusación de descubrimiento y revelación de secretos que se cernía sobre su representado.
El abogado penalista argumentó en las diligencias previas que las citadas notas de prensa a las que hacía referencia la denuncia no publicaban ni tan siquiera las iniciales de los intervenidos en la noche de autos, pero además aclaró que no solo no contenían fotografías de las personas, sino que únicamente se divulgó una imagen de una puerta rota imposible de identificar, todo ello sin menosprecio de que el ahora denunciante la citada noche fue arrestado por agredir a su propia madre, a la pareja de esta y a los policías que acudieron al auxilio de ambos, siendo escupido uno de ellos en época Covid.
Ospina, además quiso ir más allá dudando directamente de que el agente señalado fuese el autor de la nota de prensa enviada desde un ordenador, el cual no tiene clave alguna, y al que tenían acceso 10 policías más, así como el concejal de seguridad y el propio alcalde, y desgranó que el procedimiento informativo del consistorio pasa por un departamento de comunicación que informa puntualmente tanto al concejal encargado como al alcalde de sus envíos.
Pero, es más, el escrito presentado por el abogado penalista clarificaba que el agente al que defendía ni tan siquiera participó en los hechos recogidos esa noche, ya que se encontraba patrullando en otra zona diferente en la misma horquilla de tiempo.
Ante lo cual solicitó el archivo y sobreseimiento de la causa, así como la paralización de las declaraciones programadas para días posteriores.
LA RESOLUCIÓN DE LA CAUSA
De la instrucción realizada en las actuaciones el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción no consideran acreditada la autoría de los hechos denunciados, al igual que no valora como debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa, por lo que procede a decretar el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones.
Una noticia con la que se ha congratulado la defensa, quien a preguntas de este medio se mostraba “satisfecho porque la verdad se abra hueco y no se mancille de forma impropia el loable trabajo que realiza cada día el agente al que se señalaba injustamente”, afirma Juan Gonzalo Ospina.