La sentencia, considera al hombre autor de un delito de asesinato -con la concurrencia de alevosía y ensañamiento y la agravante de parentesco- y le condena a 23 años de prisión, inhabilitación absoluta durante toda la condena y libertad vigilada durante 8 años tras la pena.
También se le condena como autor de un delito de tentativa de homicidio contra su hijo -con la agravante de parentesco- a siete años y seis meses de prisión, con inhabilitación absoluta durante el tiempo que dure la condena y prohibición de aproximarse a él, su domicilio, lugar de trabajo u otro frecuentado por este a menos de 500 metros.
La condena incluye la prohibición de comunicarse con él durante 10 años y que tendrá libertad vigilada durante 3 años tras la pena, según la resolución, contra la que cabe interponer recurso de apelación.
El jurado considera como hechos probados que el 12 de enero de 2019 se produjo en una vivienda de Fuengirola (Málaga) una discusión entre el acusado y su exmujer en la que él, con un cuchillo de 22 centímetros de longitud y una hoja de 15 centímetros de largo, le asestó hasta 64 puñaladas para acabar con su vida.
La apuñaló de forma sorpresiva para ella, que estaba desprevenida y no pudo defenderse, y ella sufrió heridas en tronco, brazos, piernas, en la cara y el cuello.
Mientras que el ahora condenado acuchillaba a su exmujer apareció el hijo, que se dirigió al padre para defenderla a ella; pero el progenitor -con intención de acabar con su vida- lo apuñaló dos veces en el cuello a la altura de la vena yugular.
Sufrió dos heridas cortantes superficiales de trayecto lineal de 5 a 8 centímetros, en la zona derecha del cuello y zona supraescapular izquierda, y una herida superficial en la mano derecha.
El acusado y ella mantuvieron una relación sentimental que se inició en la etapa adolescente y el matrimonio duró 24 años aproximadamente, tiempo en el que tuvieron un hijo.
Dadas las desavenencias entre la pareja, la mujer decidió dar por finalizada su relación y en octubre de 2018 abandonó junto con su hijo el domicilio familiar para marchar a Fuengirola. EFE