Están investigado a Ginés Vicente López, por la desaparición de dos jornaleros migrantes a los que contrató, tras discutir por las malas condiciones laborales.
Se han centrado en la vivienda, en Villacarrillo (Jaén), sobre todo en el garaje y el pozo que está en la finca contigua a la vivienda, y cerca de la casa en la que vivían los empleados.
Buscan algún rastro de los cadáveres de los dos africanos, porque se da por hecho que ninguno está vivo.
Del primero, Tidiany Coulibaly, no hay pistas desde el 17 de diciembre de 2013 de Ibrahima Diouf, desde el 5 de enero de 2021.
Los investigadores creen que el empresario que les contrató pudo deshacerse de los cuerpos en una de las fincas de su propiedad.
Hoy, dos perros de agua, que se unen a dos pastores alemanes para buscar rastros diferentes. Hasta el lugar se ha trasladado la unidad de montaña y la subacuática de la Guardia Civil, especializados en el rastro de restos biológicos.
Se han encontrado diferentes prendas, aunque las tienen que analizar para saber a quiénes pertenecen, por lo que se incluirá también un georradar que localice pruebas escondidas.
Contra los derechos de los trabajadores
El registro lo ha ordenado el juez en el transcurso de la investigación, en busca de pruebas para esclarecer la desaparición del temporero, sobre la que se ha decretado el secreto de las actuaciones.
Al empresario no le han detenido por este asunto, pero sí le arrestaron por la desaparición, en diciembre de 2013, de Tidiany Coulibaly, nativo de Mali, que estaba recogiendo la aceituna y encontraron ADN de Ginés en unas orejeras del desaparecido.
A Ginés le condenaron a dos años y medio de cárcel por un delito contra los derechos de los trabajadores y absuelto del de secuestro por falta de pruebas.
Aunque no tenía coartada para el día de la desaparición, pero sí intentó influir sobre 2 testigos.
Javier Pulido, abogado de la familia del primer desaparecido, asegura que las dos desapariciones «son casos idénticos«.
M.M.