El detenido establecía una relación de confianza con sus víctimas a través de aplicaciones de contactos para, posteriormente, concertar con ellas una cita en la que marcaba una
determinadas condiciones para “mantener un contacto sensorial con el que incrementar los sentidos y dejarse llevar”.
Una vez citados, que debía ser “en un lugar de confianza a oscuras”, abusaba sexualmente de ellas, agrediéndolas a ves e incluso las robaba.
La investigación se inició en febrero. Una mujer denunció que un hombre contactó con ella a través de la red y que le ofreció una cita “imponiendo unas condiciones”. Ya en el domicilio, y “ocultando su rostro, le agredió sexualmente en dos ocasiones”.
Pusieron especial atención en las condiciones que imponía a la hora de quedar con la víctima: «quedada» a oscuras para, “mantener un contacto sensorial” y finalmente verse, cosa que nunca ocurría.
Se pensó que podría no ser algo aislado por lo que tras la investigación consiguieron localizar a otras dos víctimas las cuales no habían denunciado los hechos.
En estos casos, exigía lo mismo, con frases idénticas, además de que posteriormente bloqueaba sus números de teléfono para que no pudieran contactar con él.
La identificación del presunto autor se tornó complicada pues los domicilios declarados eran falsos, y ninguna de las víctimas vio la cara del agresor.
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Finalmente, se estableció un dispositivo policial hasta conseguir su localización y detención en el municipio madrileño de Móstoles. Le requisaron dos móviles cuyos datos fueron analizados y averiguaron que tenía más de 400 perfiles de mujeres bloqueados.
Contactaron con todos ellos localizando a siete mujeres cuya intención era interponer denuncia por haber sido víctimas de diversos delitos contra la libertad sexual .
La investigación continúa abierta ya que los investigadores no descartan que pudieran existir más víctimas que no han presentado denuncia.
MM