Pocas personas en este país no han pensado alguna vez que Jordi Hurtado había muerto. Para unos es un robot, para otros un zombi y para los que le siguen en TV -hasta el punto de llegar a tatuarse su rostro en su cuerpo (como él mismo descubrió)-, uno de los presentadores más fiables de la historia. Lo demuestra a diario el más de millón de fieles que tiene en una cadena que cada vez es más de minorías como La 2.
Este catalán, que el próximo lunes16 cumpirá 57 años de edad, ha dado pábulo a los rumores sobre su existencia (algunos dicen que incluso los ha fomentado) con pequeños detalles como no cambiarse nunca las gafas, lucir siempre el mismo pelo y hasta dar envidia a los de su generación al no acumular arrugas en su rostro.
No es de extrañar por ello que sobre su vida haya más leyendas urbanas que sobre los Rolling Stones. La más repetida es que tuvo que grabar todas las respuestas y preguntas posibles, con todos los trajes y corbatas posibles, sobre un fondo neutro, y que la realización se ha encargado con posterioridad de cortar y pegar esas intervenciones junto a las de los concursantes.
Diecisiete años al frente de un progama que acaba de cumplir las 4.000 emisiones le han convertido en un icono hasta para los chistes transmedia, los que los usuarios de las redes copian, deforman y manosean. Uno de los más recordados decía: «Hemos visto cuatro presidentes del Gobierno, tres papas, dos reyes, y un solo presentador de Saber y ganar». Él los asume con buen sentido del humor por mucho que no le haga ni pizca de gracia el que esté más veces muerto que vivo.
En alguna de las entrevistas que sí ha realizado, quizá para cortar de plano los rumores, aseguraba al respecto que lo lleva bien: «La gente es respetuosa, con sentido del humor, e incluso en el programa nos hemos reído en alguna ocasión con aquello de que no pasa el tiempo». Aunque precisa: «Si miras las fotografías del principio, todos cambiamos, aunque es verdad que unos envejecemos mejor que otros».
Él comparaba su pacto con el diablo con el de Ana Blanco: «Lleva 20 años presentando el 'Telediario'. Ella sí que parece que está siempre igual, pero no es así, claro. Como entras en casa de la gente todos los días es como quien ve a su niño y no se percata de que crece. Soy normal, tengo un componente genético de suerte y estar activo me da energía».
Radio y TV
Nacido en San Feliú de Llobregat, Barcelona, aunque se define como «catalán sin militancia alguna, ni política ni social», Jordi Hurtado empezó su carrera profesional en la radio, presentando los programas 'Lo toma o lo deja', en 1981, y 'La radio al sol', ambos en Radio Barcelona de la Cadena SER. El éxito de este último, con el que ganó el Premio Ondas en 1982, fue lo que propició su salto a la televisión.
Su descubridor sería Sergi Schaaff, el mismo que también fue el primero en apostar por Constantino Romero y Julia Otero. El director le dio las riendas en 1985 del concurso 'Si lo sé no vengo', que presentó junto a Virginia Mataix.
Un nuevo medio y un nuevo éxito, permaneciendo en antena hasta 1988, donde se tomaría una especie de año sabático ya que no sería hasta la temporada 1989/90 cuando volvería a aparecer en pantalla al frente de otro concurso, 'La liga del millón', dentro de 'Estudio Estadio', aunque en esta ocasión la fortuna no le acompañó. Eso sí, esa sección la compaginó casi todo el tiempo con el espacio 'La alegría de la casa', en la Cadena Ser.
Convertido ya en uno de los rostros más populares del formato de los concursos, en 1991 condujo 'Pictionary', en 1992 'Carros de Juego', y en 1994 '¿Cómo lo hacen?', que copresentaría con Almudena Ariza. Esa sería su experiencia más decepcionante, habida cuenta de que sólo estuvo un mes en pantalla.
Quizá ese fracaso hizo que iniciara sus «vacaciones» más largas, habida cuenta de que hasta febrero de 1997, y de nuevo bajo la batuta de Sergi Schaaff, no se incorporaría a otro espacio, el ahora ya célebre 'Saber y ganar'.
Desde entonces, sólo salió una vez del plató de ese programa para presentar otro en 2007-2008, 'Memòries de la tele', en el circuito catalán de La 2, en el que se repasaba la historia de los programas y personajes a lo largo de la historia de TVE en Cataluña.
Curiosidades
Quizá detalles como el que cada día graba entre cuatro y cinco programas de 'Saber y ganar', que siempre se haya contado en el plató con público «enlatado» o que su compañera Montse hace vibrar cada vez que aprieta un botón, hayan fomentado esa imagen tan misteriosa como la del mismísimo Juanjo Cardenal. Es la invisible y recnocible voz en off que le ha acompañado en el programa desde el principio, que en todo este tiempo sólo se ha dejado ver una vez en TV, el pasado mes de febrero, en el programa 'En el aire' de Andreu Buenafuente. Apenas unos meses antes que la que él mismo tuvo en 'El hormiguero'.
'Saber y ganar' puede presumir de haber vivido en TV el cambio de la peseta al euro y de haber existido en dos siglos distintos. No se sabe si por aquello de las leyendas o porque los directivos de TVE no quieren contratos largos para La 2, lo cierto es que el programa, que no tiene guión alguno salvo para las preguntas, es renovado cada tres meses.
Lo que no se renueva nunca es la imagen de su presentador, que confiesa que si se conserva tan bien es «gracias al chocolate negro» y quizá a caminar mucho, el único deporte que practica y sólo por aquello de que le gusta mucho el aire, el sol y estar cerca de la naturaleza. Y es que él mismo ha reconocido ser un «negado» para los deportes.
Jordi Hurtado fue una de las voces de 'Epi' en 'Barrio Sésamo', de Ten Shin Han en 'Dragon Ball', de Jerry Lewis en películas como 'Loco por Anita' y 'Artistas y modelos', de Tony el Rápido en 'Ice Age 2', y de uno de los personajes de 'Up'. Cuando el programa y sus doblajes se lo permiten, fomenta otra de sus grandes aficiones como es el viajar y conocer nuevos lugares.
También le gusta estar al día en el mundo del cine, el teatro y la televisión, aunque ésta última prefiere verla a través de internet, para ver sólo cosas concretas. Lo que no se pierde es 'Españoles por el mundo', programa con el que dice que se relaja.
Mantiene que por mucha imagen contraria que dé, él siempre ha sido alguien muy normal: «En el colegio no era ningún empollón, sino un estudiante normalito, del montón, de los que nunca levantaban el brazo«. Desde luego no es un presentador del montón, como señalan esos dos Ondas que tiene en su casa.
La frase por la que le dieron el segundo en 2012 («por su lozana veteranía») deja claro que todavía hay Jordi Hurtado para rato, por mucho que su 'Saber y ganar' sea ya el concurso más longevo de la televisión en España.