Lo que para unos parecía que iba a ser un fiasco más de la nueva etapa de RTVE parece que puede convertirse en la gota que colma el vaso en esa casa, sobre todo si los trabajadores de la misma mantienen su intención de hacer huelga el día de la Coronación de Felipe VI.
De momento, la decisión del Congreso de otorgar a Telefónica la producción de la señal de la proclamación del nuevo rey el próximo jueves ha hecho que ya esté confirmada una jornada de huelga para este martes, que podría ampliarse al miércoles y al jueves si así se aprueba en asamblea.
La decisión de la Mesa de las Cortes ha hecho que este martes pocos sean los que puedan trabajar en Prado del Rey, Torrespaña y los centros territoriales de TVE, ya que la decisión de los paros viene respaldada por el conjunto de sindicatos que en un comunicado conjunto tildan de «claro atentado contra lo público» dicha resolución.
UGT, CCOO o SI creen que la misma deja clara la visión que tienen de que «no cabe la Radio Televisión Pública que ampara nuestra Constitución».
Ninguno de sus miembros parece entender el por qué de que sea Telefónica y no ellos quienes se encarguen de dar la señal, y para ello no han dudado en recordar la eficacia con la que han cubierto en otras ocasiones actos de gran importancia como el funeral de Adolfo Suárez, las bodas de las infantas o la del hasta ahora príncipe Felipe con Letizia Ortiz.
Según el comunicado de los sindicatos, «sería impensable en ningún otro país de nuestro entorno que su Radiotelevisión pública no diera la señal institucional». Incluso van más allá y afirman que se tendría que haber dado esta señal a RTVE no sólo porque tienen todos los medios sino porque son «la radiotelevisión pública española de todas y todos los ciudadanos».
La Mesa Congreso, formada por el presidente de la cámara Jesús Posada junto a tres diputados del PP, tres del PSOE y uno de CiU, decidió que fuera Telefónica la que se hiciera cargo de esta tarea en lugar de la pública, mientras que RTVE producirán todo lo que ocurra en el exterior, en el recorrido en automóvil de los nuevos Reyes por el centro de Madrid hasta la plaza de Oriente y en el Palacio Real.