O te gusta lo que ves… o disimulas que te está gustando. Sólo si una sonrisa aflora en tu cara podrá verse la televsión ideada por David Hedberg, un estudiante del Royal College of Art que parece querer que todo el mundo sea feliz viendo la pequeña pantalla.
Este producto, de estilo retro, ofrece imágenes distorsionadas hasta que el espectador no sonríe, y no sólo eso, sino que si aquel quiere que la imagen sea nítida durante toda la emisión de aquel espacio que está viendo tendrá que mantener su sonrisa hasta la finalización del mismo.
El repartir sonrisas por la calle, como el que da abrazos, se queda pequeño en este caso, aunque ello conlleve que el telespectador pueda terminar con un importante dolor de mandíbula al mantener tanto tiempo la cara de esa guisa.
La nueva televisión utiliza el reconocimiento facial para funcionar delante del espectador, algo que podría cambiar la forma en la que interactuamos con la tecnología, aunque de momento sólo se trata de una pieza de arte.
Hedberg modifica objetos ordinarios para cambiar nuestra relación e interacción fundamental con ellos. La “mala recepción” de su Smile TV normalmente demuestra que ante la televisión tenemos ceños fruncidos e infelicidad general, al igual que el contenido es limitado y ofrecido por solo unos pocos jugadores. En contraste a esto se encuentra internet, que da acceso casi ilimitado a una gran cantidad de contenidos donde la única restricción es nuestra propia receptividad.