El agujero sin fondo en el que parecen haberse convertido las televisiones y radios públicas no sólo no parece tener fin sino que es cada día más preocupante teniendo en cuenta que el dinero que se destina a las mismas es, por ejemplo, similar al que disfrutó el Ministerio de Sanidad.
Nada menos que casi 2.000 millones de euros en subvenciones recibieron del Estado el pasado año estas entidades (1.977,9 millones de euros), según se desprende del Informe Económico de las Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual 2014, elaborado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Esa cifra, por ejemplo, se aproxima al que repartirá este año el Estado en las pensiones no contributivas (2.320 millones), así como el que recibirá el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (1.900 millones), y supera en un 28% el dinero destinado a becas y ayudas a estudiantes (1.411 millones de euros) o triplica el gasto de los organismos públicos de investigación (576 millones de euros).
En el caso concreto de la Corporación de RTVE, las subvenciones proceden de los Presupuestos Generales del Estado, así como un porcentaje de la tasa de reserva de dominio público radioeléctrico y las tasa de los operadores de telecomunicaciones (el 0,9% de sus ingresos brutos) y de las sociedades concesionarias del servicio de televisión.
Esos casi 2.000 millones de euros superan también el total de los ingresos publicitarios del conjunto del sector en 2013, que fue de más de 1.820 millones de euros, una vez digerido un retroceso del 5,4 por ciento respecto a 2012. Hay que tener en cuenta que los ingresos obtenidos el pasado año por el segmento de televisión de pago, que ascendieron a 1.715,2 millones de euros, superaron a los de televisión en abierto, de 1.579,7 millones de euros.