La polémica surgida tras el abandono en plena actuación de Joaquín Sabina concluyó ayer tras la aclaración que el cantante ofreció a la audiencia en el programa 'El Hormiguero'. Muchas fueron las especulaciones y rumores sobre ese repentino desfallecimiento que en su día el grande de la música catalogó como un «ataque de pánico».
El artista recordó muchos de sus momentos más importantes a lo largo de su carrera profesional, incluidos los episodios más difíciles que ha sufrido sobre el escenario. Así, acabó reconociendo que lo del pánico era más bien angustia, que empezó a sentirse mal, le dieron ganas de vomitar y para salir del paso lo vendió como algo que no era.
También tuvo tiempo para aclarar el desafortunado comentario que tuvo para con su compañera de profesión, Pastora Soler, que sí que vivió realmente un ataque de pánico que provocó su retirada de los escenarios. Ese «he sufrido un Pastora Soler», según él, fue la forma que encontró para que todo el mundo entendiera lo que le estaba sucediendo. Asegura que se sintió muy identificado con Pastora y que habló con ella telefónicamente para explicarle que en ningún momento pretendió burlarse de ella.
Como el propio Sabina explicó a Pablo Motos no es la primera vez que tiene 'problemas' en el escenario: «He dado gatillazos, pero de la época de la mala vida cuando salía y sin dormir, pero el público es santo y no me han tirado al pilón cuando me lo merecía. Esta vez fue una indisposición y volví a cantar y bien.»