Adolfo Suárez Yllana, el hijo del primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez, fue el invitado este miércoles de 'En la tuya o en la mía', el programa de La 1 de TVE que pesenta Bertín Osborne, y no tuvo problemas en contar sus más íntimas confesiones.
Por ellas incluso llegó a calificar a su entrevistador de «más facha que facha» al recordar cómo su vida cambió al ser elegido su padre presidente del Gobierno, «en una noche pasé de ser 'Adolfo' en el colegio al 'hijo puta' de Suárez por la legalización del Partido Comunista». Entre esas personas que se lo recriminaron le dijo a Bertín que «te encontrabas tú».
Las lágrimas, que no le afloraron cuando hizo referencia al tumor en el cuello que ha tenido en los últimos años y por la muerte de su padre, «estoy muy bien, pero las hemos pasado canutas. Este traguito no es fácil», sí lo hicieron al hablar de sus padres, «mi padre era un genio, mi madre era Dios. Hubiera sido imposible lo que hizo mi padre si no hubiese tenido a la madre que tenía».
Suárez desveló cómo vivió el famoso 23-F: «Estaba en Moncloa, estaba con mi primo Diego estudiando griego. Escuché los tiroteos en directo. Me dijeron que habían matado a mi padre, a nosotros nos custodiaba la Guardia Civil y pensé 'el siguiente soy yo'», y destacó cómo Gutiérrez Mellado plantó cara a Tejero, «forcejearon con un anciano en un acto que mostraba cobardía absoluta. Estas imágenes son un ejemplo de dignidad, de dos políticos que asumen de verdad su cargo».
También reveló cómo se dio cuenta de que su padre tenía Alzheimer, cuando le acompañó en uno de los mitines que él dio como político y traspapeló los papeles y estuvo a punto de leer dos veces lo mismo, «para sacar a mi padre del mitin nos hizo falta hora y media de lo que le quería la gente».
Pese a todo indicó que «en el declive final no hubo un momento de lucidez, pero sí de bien estar», y que «la enfermedad puede ser una bendición si se acepta. A mi padre le borró la base de datos, pero no la forma de ser«.
Sobre la situación actual, Suárez Yllana afirmó que «la gente está hasta el gorro de los políticos. Hemos dado una imagen pésima y me incluyo«. Según él, «no hay que poner la vista en la gestión sino en la política, que es ilusionar, poner un futuro delante de la gente. La democracia hay que ganársela cada día. Por eso dimitió mi padre, porque pensó que era un tapón».
Muy pequeño era simplemente él cuando su padre fue presidente y por eso recuerda que de la cadena en la que estaba siendo entrevistado por Bertín veía programas como 'Estudio 1' o 'Los Chiripitifláuticos', así como que «mi padre estaba viendo la tele en casa y llamaba a los de continuidad, viví siempre todo desde dentro».