-¿Cómo definiría su personaje en 'Aliados'?
-Es una mujer muy paradójica. Es complejo porque al mismo tiempo que puedes tomar decisiones de manera rápida y sencilla, por otro lado es muy misteriosa. Y es una mujer enamorada.
-¿Cómo preparó esta vez su personaje?
-Tuve que rellenar muchos huecos en blanco. No tenía mucha información sobre el personaje, así que tuve que crearla. Básicamente, mi preparación consistió en inventar un pasado del que nadie sabe nada.
-¿Lo más difícil han sido esta vez las escenas de acción?
-Bueno, tuve que entrenar con armas, porque yo no sé nada sobre armas, y en concreto sobre la pistola que utilizamos es muy antigua y bastante pesada, aunque sencilla. Entrené, aunque no se me daba nada bien, pero al final lo logré gracias a la ayuda de Bob Zemeckis, que en la primera clase me aconsejó actuar como si me apasionaran las armas.
-¿Qué le sugirió el director para acostumbrarse a ellas?
-El percibía que yo no era así, pero necesitaba que yo disfrutara disparando. Y eso es lo que hice, hasta el punto que al final sí que disfruté haciéndolo. Simplemente necesitaba dejar de pensar en que son máquinas para matar. Un juguete con mucha energía en mis manos.
-¿Qué tal es trabajar con Robert Zemeckis?
-Cuando era pequeña soñaba con aparecer en las películas de Robert Zemeckis, en todas. Hay una gran diversidad en su trabajo, y trabajar con él fue un gran cambio para mí, porque es todo un maestro conjugando entretenimiento y profundas reflexiones sobre el mundo en que vivimos y el ser humano.
-¿Y con todo un peso pesado de Hollwyood como Brad Pitt?
-Es un actor asombroso, lo ha demostrado muchas veces y todo el mundo lo sabe, pero mi respeto y admiración hacia él se deben a que es el tipo de actor que asume riesgos a la hora de elegir sus proyectos. De nuevo, en éste va incluso más allá en las emociones y lo que transmite es realmente impresionante y conmovedor.
Redacción