Aunque parezca mentira, no hay ninguna casa en Madrid que satisfaga ni reúna las condiciones necesarias para la familia de Bertín Osborne. El presentador de Mi casa es la tuya, ante la imposibilidad de lograrlo, ha decidido seguir de momento en la que está de olvidado, en la que ha dado el visto bueno para seguir grabando los programas que sean necesarios de ese formato de Telecinco.
Después de montar hasta una promo en septiembre la que se leía «Matrimonio casado y con hijos busca casa en zona tranquila de Madrid. Requisitos: que sea amplia, luminosa y con buenas vistas. Con salón grande y sofá cómodo para recibir invitados cada semana, desde deportistas, pasando por cantantes y políticos (como en un programa de TV). Que la cocina sea de inducción (incluir instrucciones) y con espacio para crear una excelente bodega. A poder ser con jardín donde reunir a familiares y amigos. Razón: Telecinco, lunes en prime time. Preguntar por Bertín», todo ha caído en saco roto.
Bertín confiesa que entre las condiciones que pedía era «que la vivienda estuviera ubicada en Madrid, por imposición familiar y que tuviera una única planta en vez de tres». Pese a no ser muy exigente, después de tres meses de búsqueda parece que no ha tenido fortuna y que por tanto va a tener que seguir en la que está, aunque quizás no para mucho tiempo porque «el dueño de la casa quiere ya venderla, y yo no quiero comprarla».
Y no precisamente por problemas de dinero, ya que además de que sus negocios empresariales le proporcionen beneficios, sigue en teatro, acaba de sacar disco y tiene por supuesto el programa de Telecinco que regresa el próximo lunes con un especial con Raphael. El motivo del cambio es su hijo Quique, «ya pesa 40 kilos y mi mujer está ya mal de la espalda por haber tenido que cargar con él para subirle a su habitación, y en esta casa, por problemas de la construcción de la vivienda, no se puede poner un ascensor».
Bertín confiesa que «Fabiola está con la espalda destrozada y mi suegro igual, así que tenemos que cambiarnos”, al tiempo que añade otros factores que le han movido a trasladarse, «además quiero hacer otras cosas que en la casa que conocéis no se pueden hacer, así que al final me tengo que buscar otra”.
Lo que está claro es que esa frase que Bertín le decía a su mujer Fabiola al término de la promo para comprar una casa, «no te preocupes, mi vida, que tengo todo controlado», no se va a hacer realidad. El presentador ha dado el visto bueno ya a nuevos rodajes en la actual, donde tendrá que seguir esperando que se produzca un milagro y su vivienda soñada aparezca frente a él.
M. A.