¡Grande Rafa!. El mallorquín ha vuelto a demostrar que se equivocaban todos los que le jubilaban antes de tiempo y ya es semifinalista del Open de Australia tras derrotar a Milos Raonic por 6-4, 7-6(7) y 6-4, en 2 horas y 44 minutos. La última vez que había llegado tan lejos fue en Roland Garros 2014, torneo que acabaría ganando.
Con razón afirmaba en la víspera su tío Toni que para él el gran favorito de este Abierto era su sobrino. El manacorí, en apenas cuarenta y ocho horas, se ha cargado a dos top ten que iban por delante suyo en el ranking y ahora sólo le separa de la final el búlgaro Dimitrov, todo un novato a estas alturas de un Grand Slam pero que, sin embargo, le derrotó en su último precedente.
De momento hay que disfrutar del triunfo sobre Raonic, que tuvo su gran opción en la segunda manga para alargar el partido, cuando dispuso de seis bolas de set y que acabó desquiciado cuando vio cómo su rival sí aprovechaba la primera que tenía, en el tie-break, para llevarse la manga. A partir de ahí debió comprender que levantarle dos sets a Nadal era casi misión imposible y sólo su gran saque le permitió alargar la agonía en el tercero, cuando seguía sin encontrar la manera de contrarrestar el juego del español.
El canadiense firmó 15 aces, por cuatro de Rafa, y sirvió incluso a 225 kilómetros por hora, pero ya desde el principio vio que eso no amedrentaba a éste, que le restó ya en el primer juego varios misiles tierra-aire. Si a eso se suma que en el primer set Nadal sólo cometió dos errores no forzados se entiende que a la primera que tuvo para forzar el break se impusiera sin mayores problemas.
El manacorí, cabeza de serie número 9, está en su vigésimo cuarta semifinal de Grand Slam, desempatando al mito Pete Sampras, y en su quinta penúltima ronda en las pistas del Melbourne Park. El viernes le espera el búlgaro Grigor Dimitrov, que también se deshizo en tres mangas de David Goffin, y que es un calco del mejor Federer, con el que podría verse en una final soñada ya por los espectadores australianos para el domingo. el mejor ensayo si finalmente Roger Federer es su adversario en la final del domingo. De momento se han medido en ocho ocasiones y la única victoria del búlgaro vino en el último precedente, en los cuartos del Open 500 de Pekín. Pero todo apunta a que, con el resurgir de Rafa, esta vez todo puede volver a la normalidad.
M. A.