La realidad supera a la ficción. La frase tan socorrida a la que muchos rostros televisivos se acogen para describir su situación personal o profesional, le viene como anillo al dedo a toda una institución de la pequeña pantalla como María Teresa Campos, que no sale de un problema cuando está metido en otro.
Lo de los supuestos cuernos que le habría puesto su novio, Bigote o Edmundo Arrocet, como prefieran, no son nada comparado con la que se le ha venido encima en las últimas jornadas a la otrora reina de las mañanas, con deudas con Hacienda y retirada de programa que no ayudan a pagar las primeras.
El cambio de legislación que adoptó Hacienda hace unos años, al considerar que con las facturas de sus trabajos y colaboraciones a través de sociedades los rostros televisivos no pagan el IRPF y el IVA que les correspondía, y que ha afectado a gente tan famosa como Jorge Javier Vázquez, Ana Rosa Quintana o Belén Esteban, entre otros, ha llevado a María Teresa a una crisis existencial para la que está necesitando ayuda.
La decisión de su jefe, el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, de cancelar la edición de los domingos de su programa ¡Qué tiempo tan feliz! por sus bajos datos de audiencia, en unos meses en los que Telecinco está viendo que ya no puede seguir entregando los fines de semana con tanta facilidad a Antena 3, que ya le ha superado en audiencia los dos últimos meses y que amenaza con repetir en febrero, ha hecho que esa ayuda ya no sólo sea psíquica sino química, por mucho que le hayan dado, para compensar, una sección en Sálvame.
Deudas familiares
Por todo ello, y según ha desvelado la revista Lecturas, la presentadora ha tenido que recurrir a un tratamiento de ansiolíticos para su recuperación. Como ella misma ha confesado, “hay frentes abiertos que tienen que ver con el trabajo, la vida, con la economía… y ha sido mandarme una cosita, que no voy a decir qué es, y que se me quitaran los mareos”.
Esa 'cosita' parece que le está también ayudando a sobrellevar mejor las preocupaciones no sólo por su deuda con el ministerio que preside Cristóbal Montoro, con el que mantiene un contencioso todavía sobre «una interpretación de Hacienda con la que no estoy de acuerdo», según ha precisado la presentadora. Lo malo es que a esos 800.000 euros que hace referencia esa «interpretación» que dice ella habría que añadir otros 300.000 euros que el fisco le reclama ahora. Al menos, ella ha adelantado que «si tengo que pagar esa cantidad, lo acataremos».
Peor aún es que, como les ocurre a todas las madres, las preocupaciones de sus hijos son también las suyas, y en este sentido Terelu Campos también está atravesando graves problemas económicos, como denotaría el que haya tenido que rehipotecar por cuarta vez su vivienda en la localidad madrileña de Aravaca, el triplex de 556 metros cuadrados que adquirió en primavera de 2014.
Por culpa de esas deudas es por lo que las dos aceptaron participar en un reality como Las Campos, que casi ha dejado todavía peor la imagen de ambas, por mucho que intentaran demostrar su empatía con el mismo protestando públicamente por la decisión de la cadena de incluir el mismo en la oferta de los viernes, compartiendo la franja horaria del Sálvame Deluxe, lo cual dicen que había perjudicado sus registros, que iban al alza hasta su llegada a ese día.
A la veterana presentadora tampoco le han gustado todos los comentarios que se han vertido sobre su relación con Bigote Arrocet, ni que, durante la emisión del tercer capítulo de Las Campos, la dirección del programa pidiera a su hija que le preguntara por las imágenes de Bigote con sus 'amigas' entrando y saliendo del apartamento de soltero que el humorista tiene en la capital. A este ritmo de disgustos, María Teresa va a tener que seguir durante mucho tiempo con su tratamiento de ansiolíticos.
M.A