Los éxitos que está logrando Isabel Pantoja en su vuelta a los escenarios, no sólo llenando los lugares en los que actúa sino también su cuenta corriente, dado que se habla de 100.000 euros por actuación, han hecho que la tonadillera no quiera que nadie de su familia se salga del redil y actúe por su cuenta y riesgo.
A la cantante no le gusta nada que su sobrina Anabel Pantoja siga colaborando con Sálvame, el programa que tanto odia ella y en el que su presentador, Jorge Javier Vázquez, ha sido capaz de criticarla tan duramente ante las cámaras recientemente.
Además, y como ha reflejado Pipi Estrada en exclusiva digital, «Anabel va a Sálvame y es un muñeco que aguanta lo que la dicen». El periodista deportivo se pone de parte de la tonadillera y le recuerda de paso a la sobrina que «la sangre no se negocia, y si esa es su familia es sagrada».
Pipi cree que lo único a lo que podría agarrarse como mucho Anabel para aceptar trabajar en ese espacio sería un salario muy elevado, «si la dieran un millón de euros pues todavía, pero la dan las migajas, unos 300 o 400 eurillos cada vez que va». Según él, «lo suyo es un doble lenguaje, que chirría, porque si quieres a tu tía lo demuestras».
Según tiene entendido, Isabel Pantoja no está nada contenta con que su sobrina esté en Sálvame, «y encima para no contar nada, porque dice cuando la preguntan en el espacio que es que la ponen en un compromiso».
Por ese dinero que cobra es por lo que cree que bien podría ganar ese dinero yendo con ella a los conciertos, como hicieron a Viña del Mar, en Chile, Chabelita, que fue con su representante, o Kiko Rivera y Agustín Pantoja, hijo y hermano de la tonadillera, respectivamente, que acudieron a ese evento, el mismo en el que la cantante mostró sus bragas en público, con sendos amigos.
Lo que tampoco entiende Pipi Estrada es el cambio de actitud de Jorge Javier Vázquez, el presentador de Sálvame, con la tonadillera, «se está dando un efecto rebote positivo, ya que primero se pone en el púlpito o atril a rajar lo que no está en los escritos contra ella, en la rajada del año, y ahora que ve que resurge la Pantoja gracias a esa rajada, llenando en todas sus actuaciones, decide hacerle la pelota». Por esos motivos le definió como «un oportunista, un ventajista, el rey de la hipocresía».
M. A.