Ir, para nada, es tontería. Como diría uno de los personajes de José Mota, Paula Echevarría demostró el pasado miércoles que cualquier cosa se puede hacer por dinero. Hasta tener que comparecer ante los medios de comunicación y llorar si es preciso delante de ellos al ser cuestionada por su presunto divorcio.
La actriz se convirtió el pasado miércoles en la protagonista del día al aparecer en la presentación de un perfume en plena polémica sobre su situación sentimental. Pocos apostaban porque diría palabra alguna sobre el tema, pero no solo lo hizo sino que soltó alguna lágrima delante de las cámaras por la presión de las mismas.
Eso sí, esas lágrimas no fueron gratuitas, ya que Paula Echevarría cobró nada menos que 40.000 euros por el acto. Según el colaborador de TVE Saúl Ortiz, esa cantidad era casi el doble de la que se había pactado antes de que se supiera nada de su crisis matrimonial y que su nombre copara todos los espacios de corazón.
Eso hizo, por ejemplo, que casi 50 medios se acreditaran a un acto que de no haber mediado esa información no hubiera tenido tanta demanda de medios. La actriz, pese a todo, aguantó el tipo, pero no sólo porque sea una profesional sino porque eso conllevaba que su economía iba a sufrir una importante mejora por ello.
Está claro que el momento no fue agradable para ella, pero, de ser cierto el dato difundido por Ortiz, sí fue al menos rentable, ya que el acto no sobrepasó los 60 minutos.
Por el contrario, el que, pese a aparecer ante los medios, no ha dicho todavía ni una sola palabra, es David Bustamante. El cantante fue fotografiado en su coche, cuando recogía a su hija Daniella del colegio y la llevaba a la casa familiar. Allí le esperaba Paula, con la que pasó alrededor de dos horas. Después, Bustamante dejó su hogar y regresó al piso que le compró a sus padres, donde aseguran que vive desde hace semanas.
Mientras, su amigo y presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, metía baza en esta problemática este jueves, mostrándose todavía confiado en que todo termine arreglándose porque «lo siento, son dos personas a las que quiero mucho. Yo estuve en su boda en Cangas de Onís».
Al parecer, su relación viene de lejos, «tengo una relación entrañable con la familia de David. Cuando comenzó su relación con Paula, me invitó a comer a su casa, con sus padres, para que la conociera. Me pareció encantadora».
M. A.