El gozo, en un pozo. A este paso, los aficionados al fútbol en España podrían estar en víspera de ver la última temporada de la Liga de Campeones en televisión, habida cuenta de que los principales operadores se niegan a aceptar la última exigencia de la UEFA, que ya planea una considerable subida de los derechos de esa competición.
El máximo organismo continental, que organiza tanto la Champions como la Europa League, ya les ha hecho saber que de cara a las temporadas 2018/19 y las dos siguientes, cuyos derechos todavía no habían salido al mercado, el precio por los mismos se incrementará en un 30%.
Ante esa tesitura, dos de las redes de telecomunicaciones más grandes de España, Vodafone y Orange, ya han comunicado que descartan pujar por esos derechos. Los portavoces de los operadores han confirmado ya que ninguno acudirá a la subasta que organiza la UEFA para la adjudicación de derechos a finales del mes de junio.
Según ha confirmado a El País, ambos operadores han decidido no participar más en esta desmesurada subida de los costes, aunque, como ha ocurrido en otras ocasiones, de momento no descartan negociar con el operador al que se le adjudiquen finalmente los derechos.
Entre ellos tampoco se sabe si estará Movistar ya que todavía este operador no se ha pronunciado respecto a sus decisiones de las próximas temporadas. A pesar de que la operadora apuesta por los contenidos Premium, tampoco está dispuesta a conseguir los derechos a cualquier precio. Hay que recordar además que Movistar ya perdió la puja de la temporada pasada contra MediaPro, que ya elevó los precios hasta un punto en que el coste se volvió 'inasumible', según declaró Telefónica.
La productora catalana podría ser la última esperanza para los telespectadores, aunque Jaume Roures está intentando vender la misma, sabedor que tampoco se pueden rentabilizar a los precios actuales los derechos del fútbol. Si hubiera que pagar esos precios los operadores consideran que ellos a su vez tendrían que subir los de el paquete fútbol a sus abonados, estimando que, como mínimo, éstos tendrían que pagar 50 euros, cantidad que no sería muy bien vista por la mayoría de ellos.
M. A.