«The Wall es el concurso que cualquier cadena querría tener, es un lujo». Así de contundente se mostró este jueves, durante la presentación del mismo, Tinet Rubira, director de Gestmusic, que llegó a afirmar que «si se hablara de los tres formatos que han revolucionado el mercado de la TV esta temporada, en el primer puesto estaría el nuestro«. Para juzgar si son o no ciertas sus alabanzas estará desde este viernes el público de Telecinco, que, como precisó el director de Contenidos de Mediaset, Manuel Villanueva, «será quien decida si se graban o no más entregas de las 12 realizadas». Eso sí, Villanueva festejó que «por fin se vuelva a apostar por un concurso para el 'prime time', y me gustaría que triunfara porque es hipnótico».
Al que desde luego enganchó desde un principio es a Lebron James, el jugador de los Cleveland Cavaliers, que es uno de sus creadores y uno de los tres productores ejecutivos del mismo en Estados Unidos, donde él lo promociona en la mismísima NBA (la NBC lo estrenó en diciembre, con una media de 6, 2 millones de espectadores en su primera temporada, y ya está emitiendo una segunda, de 20 entregas). Claro que él no tendrá nada que ver con la versión española, donde el nombre propio será el de Carlos Sobera, que vuelve al género que le encumbró, el de los concursos, aunque sin alejarse de First Dates.
El presentador quiso dejar muy claro desde el principio que este no es un concurso más, «he presentado algunos muy buenos, pero lo mejor de The Wall son las emociones tan fuertes que se crean y que yo no las he vivido nunca». Según él, «jamás había visto quebrarse tanto una pareja por la perversa mecánica del programa, y yo jamás había llorado en un plató de TV».
Sobera insistió en que «The Wall es emoción a raudales y es auténtico, no va a aburrir a nadie, porque consigue que vibres con él«, y confesó que «ver cómo ha logrado que hasta yo me quiebre, que me tuviera que dar la vuelta por la emoción, en tres o cuatro de las doce entregas, me ha provocado alegría, porque eso me hace creer que la gente en casa va a ver que todo es de verdad».
Mecánica
En The Wall. Cambia tu vida cada semana participa una pareja, que pueden ser familiares o simplemente amigos pero que tienen que tener un sueño en común, algo que querrían hacer con el dinero que pudieran ganar, que puede llegar a alcanzar el millón de euros, y que da pie a parte del título del espacio. Con tal fin, el programa les grabará un vídeo en su lugar de origen o en el del negocio que quieran montar.
Luego, todo dependerá tanto del azar, sobre todo, como de de los conocimientos que tengan, con los que deberán responder a las preguntas que se les irán haciendo y que les irán dando dinero. En la primera fase, los concursantes jugarán juntos y tendrán que responder a cinco preguntas. Con cada cuestión, tres bolas blancas caerán desde lo alto del muro, obligándoles a escoger la respuesta correcta entre dos opciones a través de un pulsador antes de que la primera de las tres bolas entre en una de las ranuras. Cada respuesta correcta hará que la bola se vuelva de color verde, sumando el valor de la ranura a su marcador, y, si es incorrecta, la bola se volverá roja, y se restará esa cantidad.
A medida que avance el concurso, las cantidades se irán incrementando y la mecánica del juego dará un giro inesperado, ya que cada concursante jugará por separado. Uno tendrá que responder a las preguntas en una sala de aislamiento en el interior del muro, mientras que el otro deberá apostar en función de si cree que su compañero las acertará o no. Ya en la fase final, el participantes aislado afrontará un difícil dilema, aceptar la oferta económica propuesta por el programa o arriesgarse y llevarse la cifra acumulada por su compañero al otro lado del muro.
Como queda claro, el otro gran protagonista es el impresionante muro de 12 metros de altura y 20 de ancho (según Sobera, «a mí me impresiona más la anchura que la altura»), que asemeja a un 'pinball vertical de grandes dimensiones, con 15 casillas en la base, cada una con un premio diferente.
Este muro es el que ha obligado a ir a grabarlo a los Estudios 204 de La Plaine Saint-Denis, situados a la afueras de París y donde también se graba la versión diaria gala y la de otras producciones europeas. El equipo técnico y la mayoría del público (había algunos españoles que trabajan o estudian allí) eran franceses, aunque eso no ha sido problema alguno para su presentador, «es la primera vez que se graba un programa íntegramente en el extranjero pero nos han recibido con los brazos abiertos y, pese a la frialdad inicial y a que muchos no entendían nada de lo que se decía, la gente terminó volcándose y muchos creyeron que nunca se habían visto en nada igual».
Para abrir boca, este viernes las primeras concursantes son dos hermanas de Vigo que tienen como sueño, después de haber visto un documental en TV, crear en Gambia un centro al que las mujeres locales puedan acudir para aprender idiomas y artesanía. Raquel trabaja como intérprete y profesora, y Ana es patronista.
M. Arroyo