Sigue en la cresta de la ola, en plena etapa de popularidad, y por eso casi no hay día en el que no conceda una entrevista. Eso sí, si en una de ellas desvelaba el lunes que se había acostado ya con Miri, su compañera en MasterChef 5 y actual pareja sentimental, ahora ha confesado en otra, para el diario As, de qué hombre estuvo enamorado antes de entrar en el concurso.
En concreto fue en su etapa de futbolista, cuando intentaba llegar a lo más alto desde las categorías del Atlético de Madrid, cuando dice que «me gustaba parecerme, a Fernando Torres. Ha sido mi gran ídolo en el fútbol. Era muy potente, con balones al espacio…».
Ese sueño, gracias al mexicano Aguirre, cuando era técnico rojiblanco, se hizo aún mayor cuando pudo entrenar con él. De aquella etapa recuerda que «al utillero del equipo, Alberto, le pedí que me consiguiera algo suyo y él se lo dijo a Fernando, que aceptó. Un día nos cruzamos en la ciudad deportiva y, como ya estaba hablado, se quitó las botas que llevaba y me las dio». Jorge confiesa que «¡Para mí eso es una reliquia increíble! Estaba enamorado, francamente, de Torres. Su manera de jugar es increíble, ¡cómo me gustaba!«, aunque precisa que «también estuve enamorado del Kun Agüero, me subyugaba».
Jorge recuerda que cuando empezaba «tenía tres ofertas pero cuando llegó la del Atleti ya no hubo más. Ni me lo pensé. Para mí estar en el mismo equipo en el que estaba Torres era más que mágico«, y reconoce que siempre ha sido de ese equipo, «yo en realidad nací en Madrid, en el 12 de Octubre y, entonces, vivíamos en la zona de Antonio López, casi a los pies del Calderón… Toda mi familia madrileña es del Atleti. Y yo, aunque me fuera a Granada, siempre sentí muy adentro este club».
Otro de sus ídolos fue Kiko Narváez y de ahí que señala que «en mi experiencia en Colombia, en el Cali, me surgió la idea de que el primer gol que marcase iría para el arquero. Soy amigo de Kiko y en aquel debut hice dos goles… Hice el arquero en el primero… y también en el segundo».
El ganador de MasterChef 5 indica que en cadetes del Atlético coincidió, entre otros, con Camacho, Domínguez, De Gea, Nacho Martínez, hoy lateral del Rayo, Rubén Pérez y Atienza, «fue una buena hornada», e incluso llegó a jugar con Koke, «era más pequeño pero subía a jugar con nosotros y ya se le veía…, uf, con una madurez increíble».
En su caso personal, su fallo, según dice, fue que «me faltó un poco de perseverancia. Vivía en la residencia, en Alcorcón, y mi representante, Roberto Muñoz, me ha querido matar siempre. Me decía que no me lo tomaba del todo en serio. Y sí me lo tomaba, pero quizá es verdad que me faltó constancia».
M. A.