Mientras dirigentes de Podemos tachaban de «grupo de neonazis» a un grupo de aragoneses, de edad más que 'mediana', que, según ellos, les impedían el pasado fin de semana entrar en un acto que habían convocado, en Cataluña los independentistas arrasaban varios coches de la Guardia Civil. Encima de uno de ellos, disfrutando de su 'gesta', se encontraba un reportero de TV3, la autonómica catalana, al que le puede costar ahora caro su celo profesional.
Y es que la Asociación Profesional Unión de Guardias Civiles (AUGC) ha decidido presentar una denuncia ante la Audiencia Nacional contra Iván Medina, el citado periodista, quien micrófono en mano saltó sobre uno de los coches de las fuerzas de seguridad durante una manifestación frente a la Consellería catalana de Economía.
La denuncia se dirige a todos los autores de los destrozos sufridos por los vehículos de la institución la pasada semana, aunque personaliza en el trabajador de la televisión catalana, al que se le atribuye, al ser al único al que se identifica, «un presunto delito de daños sobre un bien del Estado».
El reportero de TV3 se subió a un vehículo de la Guardia Civil y dio unos pequeños botes: «Ahora no pueden decir nada, ¿no? Puedo saltar aquí encima de la Guardia Civil», y, en otro momento, también encontró a una mujer subida al vehículo a la que acompañó. Posteriormente el reportero publicó un tuit sobre lo ocurrido: «Nunca hubiese pensado que acabaría en un coche de la Guardia Civil».
Según fuentes del Instituto Armado esta conducta «es sancionable», y se resalta también la actitud del propio reportero, «vanagloriándose y alegrándose de su actuación delictiva», por lo que se considera que «es claro y palmario que actúa con una clara conciencia de generar un daño, no sólo a los bienes del Estado, sino un claro menosprecio a la institución de la Guardia Civil, que se ve representada en los actos vandálicos que comete de manera deliberada y consciente durante su intervención en el programa».
Es más, el citado Iván Medina ha dicho en las redes sociales que saltar sobre el coche de la Guardia Civil fue el «momento más bonito de mi vida».
M. A.