Son una pareja más, pero con la diferencia de otras muchas que ambos trabajan en el mismo sitio. Ana Pastor se prestó este martes en El Hormiguero no sólo a comentar cómo será su nuevo programa en La Sexta sino también a desvelar secretos hogareños de su matrimonio con Antonio Garcia Ferreras, el hombre que ejerce de marido en casa y de jefe, a veces, en el trabajo.
La presentadora confesó que en muchas ocasiones 'lucha' con él para que el periodista no logre entrevistar a todos los rostros que a la comunicadora le gustaría llevar ese fin de semana a El objetivo, lo que dijo genera «disputas» que en ocasiones han ocasionado una especie de guerra interna entre el matrimonio que suele acabar bien porque, de vez en cuando, ambos aúnan fuerzas.
Según ella, «tenemos una batalla propia de la guerra de los Rose. Y ahora, al menos, estamos en la misma cadena. Hubo una época que hasta competíamos. Si podemos, uno consigue antes la entrevista que el otro». Aunque destacó que «cuando trabajamos juntos somos un equipo, pero si no…», dijo que en el fondo se siente en desventaja porque «él trabaja de lunes a viernes y yo los domingos. Cuando llega mi día me lo ha quemado todo y ha podido tener el invitado que yo quería».
Lo que más le molesta es que «a veces me encuentro en directo en su programa el invitado que yo quería», pero subrayó que, precisamente por esa «batalla muy divertida» que dijo tener en casa, ella nunca se rinde, «cuando esto pasa yo ya estoy intentando levantarle a él la siguiente».
Entre las cuestiones por las que se interesó Pablo Motos estuvo, como no podía ser de otro modo, la duda sobre cómo se organizan para cuidar a su hijo, «tenemos que hacer un reparto entre la ayuda que tenemos en casa y los abuelos», de los que dijo que «muchos sabemos en este país no haríamos nada sin los abuelos». De la primera, la niñera que tiene contratada, desveló hasta el sueldo, «depende de los meses, pero cobra bien porque además se lo merece. ¡Más de 600 y 1.000 euros, hombre! Tiene cama en casa y todo lo que haga falta».
Trancas y Barrancas le preguntaron si sería capaz de venderse a una supuesta televisión pública independiente catalana en el caso de que la comunidad autónoma llegara a ser un estado independiente, y ella se declaró totalmente en contra del independentismo y fiel a La Sexta, «estoy feliz en La Sexta. No, hay muchos otros que podrían hacerlo allí, y yo no quiero que Cataluña se independice yo quiero a Cataluña y que se vea La Sexta aquí y allí».
Precisamente sobre esas largas coberturas sobre la problemática catalana puntualizó que «son días de muchos bocadillos, a quiénes no les gustan lo pasan muy mal», y hasta señaló que en los momentos más íntimos el protocolo es que «tienes que avisar que vas a ir al baño porque en cualquier momento escuchas a Ferreras decir 'Pastor'». Precisamente sobre esa particular forma de llamarla su marido aclaró que «desde el principio nos llamamos así, aunque sí que fui yo la primera. En casa hasta los hijos nos vacilan con eso».
M. A.