Esta vez no ha tenido que salir al paso de sus presuntos kilos de más, los que le ponen, quizás por envidia, los usuarios de las redes sociales, sino para desmentir que se hubiera casado por dinero con su marido, el chef David Muñoz, o Dabiz, como prefiere él que le llamen.
Quizás la gota que haya colmado el vaso para ella sea la insinuación de que el chef costea las comidas y cenas de los padres de la colaboradora de Zapeando, y por lo que haya tenido que dejar claro en una entrevista en El País que ella está con su marido únicamente «por amor».
En esas declaraciones subraya que «cuando leí ese comentario de que mi padre estaba en paro y lo pagaba todo Dabiz… ¿Estamos locos o qué? ¡Que gano mucho más que Dabiz! ¡Que no me casé por dinero, me casé por amor!».
La presentadora puntualiza también que cuando va al restaurante de su marido, ella invita a sus padres. Eso sí, sus visitas al local de tres estrellas Michelin no son tan habituales como parece: «Para cenar en Diverxo tengo que esperar siete meses. Manda cojones que yo tenga que esperar, pero es así. No hay hueco, cada persona paga 60 euros por su silla y son las sillas que hay. Yo voy reservando de siete meses en siete meses, así que para diciembre vuelvo a sacar otra para el año que viene. Suelo cenar una vez al año en Diverxo con mi familia. No solo es muy difícil es que es un pastón».
Cristina Pedroche reconoce que le mandó un mensaje a Paula Echevarría cuando la actriz se calificó al machismo y feminismo como «extremos»: «Si las mujeres nos apoyásemos llegaríamos mucho más lejos. Pero esa mujer prefirió hacerme sangre en vez de ayudarme. Cuando Paula Echevarría dijo eso, claramente se estaba entendiendo su contexto: llamaba feminismo al hembrismo, a lo que es un feminismo extremo, que la mujer está por encima del hombre. Escribí a Paula y le dije que la palabra que debería haber usado era hembrismo y no feminismo».
Por último, la colaboradora de Zapeando también habla sobre los casos de abuso sexual destapados en los últimos meses: «Tengo 29 años y desde mi experiencia nunca he visto nada raro así. Lo que más rabia me da es que digan que por qué estas mujeres no lo contaron antes y se las ponga en entredicho. Otra vez volvemos a que la culpa la tiene la mujer. A lo largo de estos años se tendrían que haber creado unas herramientas en nuestra sociedad para que la mujer no tenga por fin miedo a decirlo. ¿Por qué lo cuentan ahora? ¡Porque les da la gana!».
M. A.