Apenas un día después de anunciar que iba a demandar a un periodista de Sálvame, Cayetano Martínez de Irujo ha vuelto a protagonizar un sonoro escándalo en plena calle y, cómo no, con periodistas de por medio.
Bastó la aparición de su ex pareja asegurando que es un «macarra y un basto» para enfadar mucho al duque de Arjona, que ha protagonizado un sonoro desencuentro con unos periodistas en plena calle, a los que llegó a decir «quiero que me des una hostia, a ver si tienes huevos».
La presencia de un equipo de Sálvame a las puertas de su casa ha desencadenado la furia del hijo de la duquesa de Alba, que ha perdido los nervios. Cayetano, cansado de ser objetivo de las cámaras, le ha exigido a los profesionales que le dejaran de grabar y le entregaran el material, con frases desafiantes como «que vengas aquí maricón y me des la cámara».
El aristócrata, que iba acompañado de su novia, Bárbara Mirjan, fue crispándose aún más y adoptó una actitud más radical, llegando a decirle a un fotógrafo «quiero que me des una hostia, a ver si tienes cojones». Aunque indicó que le había amenazado con pegarle primero, rápidamente volvió a crecerse al indicarle «quiero que me pegues. Yo hago boxeo y sé defenderme, me da igual pelearme con uno, con siete o con cuarenta», así como «si quieres algo conmigo, nos vamos tú y yo solos».
Cayetano se mostró indignado por el seguimiento al que se ve sometido por parte de la prensa: «No estoy dispuesto a que me sigan, llevo toda mi vida aguantando esta miseria. Me estáis persiguiendo y yo tengo derecho a vivir libre. Póngase en mi lugar, ¿Telecinco tiene derecho a usurpar la vida de las personas?». Algo más calmado puntualizó que «¿cómo no voy a estar quemado? He rechazado fortunas por proteger mi libertad y no he sacado ni un céntimo de todo esto pero tampoco soy libre».
Hay que recordar que el hermano de Eugenia Martínez de Irujo también se enfrentó el pasado lunes a los cámaras que esperaban su llegada en el aeropuerto de Madrid Barajas. Cayetano llegaba de París, donde sus hijos, Luis y Amina, habían participado en el baile de la alta sociedad europea, y al ver a un fotógrafo le dijo: «Usurpáis la vida de los demás».
M. A.