Nadie se habrá hecho rico en las casas de apuestas. Amaia era, casi desde la segunda gala, la gran favorita para ganar Operación Trriunfo y ni ella ni la audiencia defraudaron. Eso sí, no fue por una mayoría abrumadora, sino con el 46% de los votos, seguida por Aitana, con el 42% y una sorprendente Míriam, que se hizo con el tercer puesto, con el 12% de los votos.
No sé qué decir. Sólo puedo dar las gracias, no tengo otra palabra…». No pudo decir nada más cuando Roberto Leal (menuda noche le hizo pasar Rosa de España con el sobrecito del ganador) intentó que Amaia (por favor, no es de España, está por encima de eso y de más) soltara algún discurso de ganadora. Pero, ni eso. Amaia es tan espontánea, tan humilde, tan sencilla, tan como tú y como yo que no pudo decir nada más. Sujetó sus 100.000 euros, su trofeo y se dejó puesta una sonrisa nerviosa de niña a la que la acaban de graduar.
Lo peor, como ocurrió el día del estreno, fue la gala en sí, con fallos por todas partes que, por ejemplo, impidieron que el gran invitado de la velada, David Bisbal, pudiera cantar, aunque el almeriense, tan dispuesto él, deleitó a todo el mundo con una entonación a capela, como hicieron los 16 concursantes de la gala con . No es de extrañar que el público siguiera hasta el final ni que haya dado al programa sus mejores registros al final, con un 30,3% de cuota de pantalla y 3.925.000 espectadores, cifras casi olvidadas en TVE.
Amaia ganó porque era la mejor voz, como ya ocurrió en la primera edición con Rosa López, improvisada 'jurado' en la final. La duda es si, como le ocurrió a la granadina, los que han quedado por detrás de la navarra tendrán un mejor futuro, convirtiéndose ella en lo que nadie de la Academia quería que pasara, que la llamaran 'Amaia de España'.
Aitana, por ejemplo, parece con más posibilidades de éxito, sobre todo si continua la evolución de su forma de interpretar, que ya ha demostrado en este concurso (no hay más que comparar el 'Bang Bang' de la Gala 0 con el tema de la final, que hizo que Mónica Naranjo entonara un «¡Uaaaaaahhhhhh!», que seguro que secundó mucha gente en sus hogares. .
Pero es que Amaia lo había bordado con su 'Miedo', deteniendo el tiempo sobre el escenario. Como casi siempre, volvió a estar casi perfecta y demostró que su voz, como la de Rosa cuando ganó O. T., no la de ahora, es única. Como dijo Manu Guix, «ha sido un regalo para todos y Amaia hará en la vida lo que le da la gana». El jurado hasata la comparó con Paul McCartney, la puso por encima de Paul McCartney.
Su triunfo se ha venido viendo desde hace tres meses, como demuestra que, con la excepción de la Gala 0, nunca ha estado nominada y ha sido tres veces favorita. No sólo ha ganado sino que, como también se esperaba, representará a España en Eurovisión junto a Alfred, el que dicen que es su gran amor.
Aitana al menos se lo puso difícil con su versión del 'Chandelier' de Sia. Como le dijo Noemí Galera, «entraste siendo una niña y ahora eres una mujer». Rosa López, como jurado, le dijo que «tú para mí eres Aitana la espartana», quizás gracias a su fuerza, dulzura, intensidad, pasión y emoción. Para Manu Guix puede ser «una reina del pop». De momento se llevó una gran alegría no sólo con su segundo puesto sino con el hecho de que Pablo Alborán, que sí pudo cantar, la reconociera, «¡Ay, se sabe mi nombre! (…) He flipado». Los profesores también lo tuvieron claro, «cuando estás con Aitana sientes que estás con una estrella»,
Lo más sorpresivo fue quizás el tercer lugar de Míriam, la Tina Turner de OT 2017, y no porque la gallega, que no paró de llorar en toda la noche, no se lo mereciera. Ella dijo saber quién había tenido la culpa de casi todo, «yo llegué muy concentrada y entonces dejé al margen ese lado emocional, y de repente hubo un clic gracias a los Javis». Según sus profes, «su reto en este concurso ha sido juntar su talento con su vida personal». Ella dedicó su puesto a su padre, a su hermano, a su novio. Se tiró más de 5 minutos sacando todo lo que llevaba encima, todos sus sentimientos, todas sus emociones, y eso que su 'Invisible', de Malú, no fue su mejor actuación.
En cuarto lugar quedó Alfred, ese chico del que muchos dicen que ha llegado hasta la final y ha ido a Eurovisión gracias a su relación con Amaia y que ha demostrado que, aunque no sea un gran cantante, sí es un músico con todas las letras de la palabra. Como le dijeron en la final, «en tiempos de reggeaton, tú tocas el trombón», y eso fue lo que hizo también con su 'Dont Stop the Music', de Rihanna, a lo Jamie Cullum. Manu Guix dijo de él que «tiene un mundo interior muy grande y esto fruto de querer y amar la música», a lo que Noemí Galera añadió que «tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Es una persona muy especial».
Sorprendentemente, Ana Guerra quedó la quinta en la final, quizás por no elegir bien el tema con el que se presentó a la misma, un 'Volver', el tango de Carlos Gardel, que ni era el momento de cantar ni supo hacerlo. Pese a todo, maneja el baile, los tiempos y los movimientos, cuestiones todas que debe aunar un artista. Quizás por eso Manu Guix la ve interpretando un musical en la Gran Vía al tiempo que yendo de gira con sus boleros.
A ella y al resto de sus compañeros, todo un veterano como Raphael, para el que todos son «una maravilla, cada una en su estilo y su forma», les dio un consejo, «les he dicho que cuando salgan de aquí se dejen aconsejar, pero que no se desvíen (ni les desvíen). Siempre está la personalidad de cada uno». Pues eso.
M. Arroyo