Por lo general, la final de la Copa del Rey de fútbol suele vivir su particular 'día de la marmota' con la elección del estadio en el que se jugará la misma. Este año, después del atisbo de 'rebelión' del presidente sevillano José Castro, que, medio en broma medio en serio, habló de querer jugarla en su ciudad, las dudas apenas duraron 48 horas, el tiempo que tardaron ambos clubes, Sevilla y Barcelona, en aceptar que fuera el Wanda Metropolitano la sede. Cuando todo parecía resuelto esta vez, una nueva tormenta informativa se cierne sobre la misma, ¿se podrá ver por TV?
Eso sí, los culpables de esta duda más que razonable no son esta vez los clubes que se jugarán el torneo el próximo 21 de abril sino la propia Real Federación Española de Fútbol, que ha querido hacer su agosto particular la próxima primavera y habla ya para poder retransmitirla por TV de unas cifras prohibitivas ahora mismo para la mayoría de las cadenas o plataformas.
A diferencia del resto del torneo, la retransmisión de la final se vende por separado y la propietaria de la competición intenta venderla al mejor postor a través de un concurso que abrirá en los próximos días. Gol y Telecinco, que han venido ofreciendo los partidos coperos en abierto, no tienen por tanto ningún privilegio previo para poder emitir también el encuentro decisivo.
Como el resto, los dos canales deberán ir a una puja que, como mínimo, pretende recaudar 3.5 millones de euros, que podrían multiplicarse casi por tres, o incluso por ocho, en caso de que a la otrora casa de José Ángel Villar le diera por poner en marcha otro de sus planes 'maquiavélicos', como sería el vender esos derechos junto a otros, para así asegurarse ya unas ganancias mayores por otros lotes de encuentros.
Paquetes
La segunda opción que baraja la RFEF, al margen del partido en sí, es la de juntar la final de la Copa del Rey con los dos partidos de la Supercopa de España, que como suele ser habitual se disputará el próximo mes de agosto. En ese caso, el precio de los tres partidos ascendería a los 8.5 millones de euros.
La, tercera sería la de plantear vender los derechos de ambos torneos para los tres próximos años a un precio cercano a los 25 millones de euros, en función de hasta qué punto llegue la puja de las diferentes cadenas.
La cuarta opción sería que la Federación solo venda los derechos de la presente temporada y se guarde los de las dos siguientes con vistas a incrementar su valor en los próximos meses. Para este caso todavía no hay una cantidad fijada, pero el negocio sería igual de rentable para ese organismo.
Por ley, el partido ha de emitirse en abierto por Ley, lo que reduce el número de cadenas candidatas a las ya mencionadas, Telecinco y Gol, así como a TVE, que no emite la final desde 2014 y que este curso ya se hizo con los derechos del Mundialito de clubes, y a Antena 3, cadena a la que no suele gustarle entrar en una subasta cuando los derechos deportivos no van a ser rentabilizados económicamente ni con la publicidad. Eso sí, también los partidos de la selección española tenían que darse en abierto, y ya hubo un precedente en el que ninguna cadena quiso pagar, en este caso a una empresa de otro país, lo que pedía por esa retransmisión y al final no se televisó el partido.
Hay que recordar que la Liga anunció en el verano de 2016 la adjudicación del último paquete pendiente relativo a los derechos televisivos de la Copa del Rey de las tres temporadas siguiente (2016-17, 2017-18 y 2018-19). En aquel entonces, y después de presentar la mejor oferta, por un valor de 17 millones de euros por las tres campañas, Mediapro se hizo con los mismos para que Gol, su entonces nuevo canal de TDT, pudiera emitir en abierto un total de 12 partidos en abierto en segunda elección exceptuando los cuatro de semifinales, que ofrecerá en primera elección.
Así, podía dar un partido de la 2ª eliminatoria con la participación de un equipo de Segunda A, un partido de la 3ª eliminatoria con la participación de un equipo de Segunda A, un partido de ida y otro de vuelta de 1/16 de final, donde ya entraban los de Primera, un partido de ida y otro de vuelta de 1/8 de final, un partido de ida y otro de vuelta de 1/4 de final, y más tarde se hizo también con las dos semifinales. Al final, esta temporada Mediapro intentó rentabilizar esa inversión permitiendo a Telecinco, a cambio por supuesto de una cantidad importante de dinero, dar también esos dos últimos partidos.
Las finales, al ser cosa de la RFEF, se negociaban después, y en eso está ahora la Federación, aunque parece poco probable que nadie quiera pagar tanto, ni tan siquiera Movistar +, cuyo presidente, Sergio Oslé, dejaba claro hace pocas fechas que el fútbol seguiría interesando a su plataforma en años futuros, siempre y cuando los contratos fueran razonables para ellos, dejando entrever que ya no era un elemento imprescindible para sus abonados. Si los que más dinero tienen en estos momentos en el panorama audiovisual piensan así…
M. A.