Por unas causas o por otras lo cierto es que en los últimos meses María Lapiedra se ha convertido en la piedra angular de los programas de corazón de Mediaset. Ahora, con su inminente entrada este próximo jueves en Supervivientes, ha vuelto a ser protagonista por sus declaraciones sobre lo que sería capaz de hacer en la isla a cambio de comida.
La exactriz porno estuvo este fin de semana de invitada en Sábado Sábado Deluxe para enfrentarse al ‘polideluxe’, y estuvo acompañada en el plató por su actual amor, el fotógrafo Gustavo González, al que parece que no le hicieron mucha gracia sus declaraciones.
Sobre todo la pregunta de que si sería capaz de intercambiar sexo por comida durante su estancia en la isla de Supervivientes. Sin tapujo alguno, como ya es costumbre, confesó que sería capaz de hacerlo, aunque con ciertos matices, «sí he dicho que sí, pero si estuviera soltera. Si veo a un cámara que me gusta y tiene comida…».
Por muchas alegaciones que hiciera parece que sus palabras no le gustaron mucho a Gustavo, que no podía entender como su pareja podría ser capaz de hacer algo así, «me choca mucho, incluso en el caso de que estuvieras soltera. Me parece una barbaridad cambiar comida por sexo».
Temiendo una bronca posterior, la actriz se justificó ante su pareja y ante los ataques del resto de colaboradores, que le recriminaban que ella hubiera pedido a Gustavo que no bailara con Paz Padilla, y en cambio, no se cortara en reconocer este hecho.
Otra de las preguntas que le hicieron a María Lapiedra fue que si le gustaría recibir una llamada de su pareja durante su participación en el concurso, pero por lo que parece ser ella tiene otros deseos, «me gustaría que viniese a verme y que hiciéramos un Rosa Benito». Esa afirmación tampoco le gustó a su compañero sentimental, que aseguró que llegado el caso su visita no sería tan pasional, «yo te aseguro que un Rosa Benito no haría, un Fortu tampoco. No haría el amor con ella».
Para rematar la faena, el presentador del espacio, Jorge Javier Vázquez, la cuestionó en el test si Kiko Hernández le atraía sexualmente, a lo que ella respondió que no. El problema fue que el polígrafo aseguraba que era mentira, por lo que no la quedó otra que precisar que nunca había pasado nada entre ellos, «en todos los años que conozco a Kiko, nunca ha pasado nada». Menos mal para ella que esta vez el polígrafo sí le dio la razón.
M. A.